Fernando Centeno_Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Río Hortega
«Los niños deben tener escapes en su dieta para poder alcanzar los objetivos»
Para este profesional los malos hábitos en la alimentación y el sedentarismo son los «culpables» del sobrepeso en la población infantil
d.g.a.
—¿Debe la sociedad preocuparse por el incremento de la obesidad infantil?
—Sí. Evidentemente la obesidad supone un problema en todos los países desarrollados y sabemos que además es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades en las etapas adultas. A ello ... hay que añadir los propios problemas que conlleva en el niño tener obesidad.
—¿Es una de las patologías recurrentes en la consulta?
—Sí, es una consulta recurrente principalmente en las consultas de Atención Primaria (AP). Hay que destacar que nuestro sistema sanitario público dispone de una Atención Primaria de altísima calidad y que la mayoría de pacientes con problemas de sobre peso u obesidad son tratados en el primer nivel de entrada al sistema. Muchos de los programas con recomendaciones alimentarias están dirigidos a los pediatras de AP porque conocen mejor que nadie al niño y a la familia, y existe una mayor confianza entre ellos a la hora de poder recomendar modificaciones en los hábitos de vida y alimenticios.
—¿Por qué un niño llega a presentar sobre peso o llegar a la obesidad?
—El niño va ganando peso, hasta que alcanza niveles de obesidad. En estos casos cuando el percentil del menor está por encima de 85 es que existe un sobrepeso y si supera el 95 ya hablamos de obesidad. Los principales factores determinantes en este tipo de patología es la ingesta de calorías, el desgaste energético y la predisposición familiar. En Castilla y León además hemos detectado que el desayuno es muy pobre en los menores lo que lleva a que a media mañana tengan hambre y opten por alimentos sabrosos y ricos en grasas saturadas. Además, los juegos de la población infantil han variado y son menos dinámicos. En general se como más y peor y se gasta menos, y estos son lo motivos que llevan a la obesidad a nuestros niños.
—¿Cuáles son los efectos más importantes derivados de estas patologías?
—En cuanto a la salud, se eleva la predisposición al desarrollo en edades adultas de diabetes tipo II, hipertensión, arterosclerosis y accidentes cardiovasculares, entre otros. En la infancia se desarrollan problemas ortopédicos en piernas y rodillas, así como alteraciones en la piel (grietas y dermatitis), trastornos del sueño, como apnea del sueño,... Y no hay que olvidar su repercusión en el grado de autoestima del menor. Algunos estudios apuntan que el acoso escolar es más frecuente en niños obesos.
—¿A qué se debe que los índices de obesidad en Castilla y León sean menores a la media nacional?
—Realmente no se sabe. En general los datos no reflejan grandes diferencias entre las Comunidades. Lo que sí sorprende es que precisamente en los países mediterráneos sí existen índices más altos, al igual que sucede en España con Andalucía y Levante. En Castilla y León sí es cierto que ya se han desarrollado iniciativas en este sentido de educación alimentaria como sucede en los comedores escolares, donde los niños realizan la comida principal del día. También se ha participado en un programa a nivel nacional llamado Perseo, donde se ha realizado una valoración nutricional de la dieta de los menores.
—¿Qué se puede hacer para combatir esta realidad?
—Es una tema complicado. En general no hay que aplicar medidas demasiado rigurosas y permitir a los menores pequeños escapes. Sobre todo hay que concienciar a la familia de llevar a cabo unos hábitos de vida y alimentarios sanos y equilibrados porque eso es lo bueno para la salud de todas las personas, y adaptarlo a las características de cada uno en particular. Tenemos que ayudar a corregir los errores en las dietas y marcarnos objetivos alcanzables. Es importante hacer más ejercicio y prestar atención al desayuno que debe ser el 30% de la ingesta diaria, incluyendo siempre fruta, lácteos y cereales. Los menores deben tomar menos grasas saturadas y menos refrescos y bebidas blandas; siempre es mejor el agua. La dieta debe ser variada pero nunca debe representar un castigo para el menor.
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