ENTREVISTA
Javier Faúndez: «Al Gobierno de España sólo tengo que decirle que Zamora existe»
Reacio a los «lamentos», defiende que la provincia «es bastante más fuerte de lo que creen muchos por ahí» y está convencido de su «potencial de mejora»
Zamora se tiñe de verde en la lucha contra el cáncer
J.M. AYALA
ZAMORA
Muy satisfecho con el protocolo firmado el pasado viernes con la Junta de Castilla y León y Caja Rural de Zamora que «contribuirá al progreso y generará oportunidades para esta tierra, que tanto lo necesita», con proyecto de peso como la construcción de un ... polígono industrial en Monfarracinos, Javier Faúndez ha superado ya cien días «frenéticos» al frente de la institución provincial. Quiere «pasar página» del mandato anterior, pero no disimula sus reproches a la gestión de Francisco José Requejo (CS), su predecesor en el cargo. En todo caso, plantea un cambio de «dinámica» con una Diputación «al servicio de los alcaldes» y el reto de «sentar las bases para que los municipios sean lo más atractivos posibles» y poder frenar «la hemorragia» de la despoblación.
—El PP ha recuperado la Presidencia de la Diputación después de que el pacto de gobierno autonómico de 2019 permitiera al único diputado de CS situarse al frente de esta casa. ¿Qué balance hace de este periodo anómalo?
—Queremos pasar página y mirar al futuro. En las áreas que nosotros controlábamos se hizo un trabajo muy importante, pero el resto ya es pasado.
—¿Éste era un cargo al que usted aspiraba o no le ha quedado otra?
—El presidente del PP de Zamora, José María Barrios, fue el que me pidió que continuase en la Diputación, aunque yo me había planteado algún que otro escenario. A última hora surgió esta posibilidad que también me trasladó el presidente autonómico. Me cogió por sorpresa y la realidad es la que es.
—¿Pareciera que no lo hace demasiada ilusión?
—¿A quién no le hace ilusión que te digan que piensan en ti para este cargo? Dentro de lo que es la provincia de Zamora es el más importante. Agradezco a ambos que pensaran en mi y espero no defraudarles. Ganas de trabajar no me van a faltar estos cuatro años.
—¿Cómo han sido los cien primeros días al mando de la Diputación?
—Conocía parte de la casa –era uno de los vicepresidentes la pasada legislatura– y no interfería en otras. Han sido por ahora jornadas un tanto frenéticas y de adaptación porque quiero darle a la institución una dinámica diferente a la que tenía.
—¿Cuál será su sello?
—Últimamente parece que se pensaba más en proyectos para la capital cuando la Diputación es de los alcaldes de los pueblos de menos de 20.000 habitantes y tiene que estar a su servicio. El objetivo final no puede ser otro que el de mejorar la calidad de los habitantes la provincia.
—¿Y qué problema le quita el sueño?
—Hay muchas dificultades, pero la Diputación está para afrontarlas con la colaboración interinstitucional, que es un imperativo en este mandato. Un problema claro es el de la despoblación en el que no hay formulas mágicas y afecta a todo el interior de España y a buena parte de Europa. No es tanto que la gente se marche, que también, sino que no hay relevo generacional, pero nuestro trabajo no es lamentarnos sino sentar las bases para que los municipios tengan los mejores servicios, sean lo más atractivos posible y se creen las oportunidades para cortar esta hemorragia.
—Zamora acumula varios índices que le sitúan a la cola de la Comunidad. ¿Ve entre los ciudadanos ese pesar por la situación que padecen?
—A veces también el discurso se lo colgamos nosotros o llega de algunas partes interesadas. A mí no me gusta la palabra España Vaciada. Siempre he dicho que mi municipio (es alcalde de Trabazos desde hace veinte años) es una pueblo de oportunidades que pertenece a la España rural que tiene que crecer y mejorar.
—¿Qué le diría entonces a los que ven en Zamora una provincia pobre?
—El día que tuvimos la reunión anual de la Asociación de Empresarios de Sayago, mucha gente pensaba que allí, o en otras zonas cercanas, no había nada. Cuando les explicas que hay empresas dedicados a múltiples sectores demostramos que somos bastante más fuertes de lo que creen muchas personas por ahí. Les invito, antes de hacer afirmaciones, a que vengan a conocer la provincia y el potencial que tiene de mejora.
—En infraestructuras se habla de buenas noticias, pero quizás a largo plazo. Usted recibió hace poco a representantes de la Región Norte de Portugal el día que se aprobó la declaración unánime de la Diputación para la conexión del tren entre Oporto y Madrid por Zamora. ¿Qué posibilidades reales de éxito tienen y por qué sería mejor que la opción por Salamanca?
—Mi ayuntamiento es transfronterizo y tengo desde hace mucho una magnifica relación con las presidencias de las cámaras municipales lusas vecinas. Uno de nuestros objetivos es recuperar la colaboración eficaz y efectiva con ellos y no sólo para quedar y darnos un abrazo. Me pidieron el apoyo en un momento clave para Portugal. Allí no tienen ni un solo kilómetro de alta velocidad y una de las alternativas que está sobre la mesa es conectar Oporto con la península. ¿Que Salamanca también es una opción? Será Portugal quien decida si con ellos o con nosotros, pero enfrentamientos con Salamanca, ninguno.
El presidente de la Diputación de Zamora destaca sus cien días «orientados al medio rural»
ABCJavíer Faúndez considera que ha sido un periodo de «intenso trabajo»
—¿Pero es mejor la opción zamorana o es la que a usted le conviene?
—Los técnicos nos plantean que en impacto ambiental, en efectos sociales y en gasto económico es mucho más atractiva la apuesta de Zamora que la de Salamanca, pero no niego que mi posición es interesada.
—También se ven avances en la recuperación de la Ruta de la Plata. ¿Lo ve factible?
—No voy a entrar en si es factible o no cuando se trabaja en ello. Cuando una provincia tiene unas buenas conexiones, aumenta su capacidad económica, su atracción de empresas,... Si, por ejemplo, estuviese hecha la conexión entre Zamora y Portugal por autovía pues posiblemente muchos de nuestros pueblos mejorarían su situación.
—¿Le molesta que se hable más de los problemas de Soria y Valladolid con los retrasos de la A-11 que los que tiene Zamora en esa misma vía?
—Yo voy a Soria de vez en cuando y al final vas pegando saltos: tramo si, tramo no, y además en una carretera tremendamente peligrosa. Me pongo en su piel y veo justa sus reivindicaciones, pero también lo es la nuestra.
—En una tierra de quesos como Zamora, era lógico apostar por la continuidad de la Feria Internacional Fromago. ¿Es algo que hay que agradecer al anterior presidente?
—Fromago fue un éxito, pero Fromago ha tenido problemas. Va a seguir con el mismo presupuesto que el año pasado y va a ser una feria profesionalizada de la mano de la Fundación de Industrias Lácteas y tendrá que buscar colaboración de otro tipo de instituciones. Yo solo me he quejado de que en la primera edición tenía 550.000 euros de presupuesto y los gastos ya superan los 1,2 millones de euros. Ese es mi lamento. Lógicamente, somos instituciones serias, el dinero es público y tiene que haber un control y un rigor que en la pasada edición no existió. No porque sea algo bueno puede haber barra libre. Nosotros no nos pasaremos como en el anterior mandato.
—Un año después llegarán, en principio, Las Edades del Hombre compartidas con Oporto.
—Zamora está creciendo en materia turística. Íbamos lanzados antes de la pandemia, pero la recuperación está siendo tremendamente importante. y las Edades del Hombre van a ser, evidentemente, un revulsivo.
—Se puede decir que han hecho de la necesidad virtud. Cuentan con una de las poblaciones más envejecidas de España y quieren hacer de la denominada 'silver economy' (la vinculada a los mayores) su bandera. ¿Cómo va esa apuesta?
—El proyecto 'silver' es un nicho de oportunidades para una provincia que, como otras muchas, está envejecida. Me hubiera gustado que la estrategia se hubiera coordinado con la Junta de Castilla y León desde el primer minuto y no tener una vía paralela, porque en el fondo somos una Diputación pequeña y los recursos con los que contamos son los que son. Hemos mantenido ya una reunión con la consejera de Familia, que además es zamorana, y vamos a ir de la mano con ella.
—¿Qué reivindicación urgente hace a la Junta y cuál al Gobierno?
—A la Junta, una petición muy genérica: que siga trabajando con la provincia de Zamora con la misma intensidad que lo está haciendo ahora
—¿No quiere un poquito más?
—Sólo lanzar el futuro polígono de Monfarracinos (confirmado el pasado viernes) es ya tremendamente importante. Somos ambiciosos, pero sí, le pido que siga con la misma intensidad. ¿Qué puede ser más? Bienvenido sea. Al Gobierno de España solo le quiero transmitir una cosa: decirle que Zamora existe y que aquí también hay que invertir. No porque seamos pocos y votemos pocos se nos puede dejar aislados.
— A nivel nacional, ¿a Zamora le conviene que haya ya un gobierno presidido por Sánchez o que se repitan las elecciones?
—Lo que se está viendo es que el precio para que siga como presidente del Gobierno lo vamos a pagar todos los españoles. La experiencia con Sánchez ha sido mala para la provincia. ¿Qué quiere que le diga? A mi me apetecerían unas nuevas elecciones y un gobierno completamente diferente.
—Como veterano regidor que es ha recuperado de inmediato el Consejo de Alcaldes.
—Los alcaldes tendrán alfombra roja en esta casa. Nos debemos a ellos y también han sido los que nos han situado aquí.
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