Una de cada diez madres primerizas de Castilla y León supera los 40 años
La Comunidad registra su cifra más alta de nacimientos producidos en esa franja de edad con 1.639, casi un 20 por ciento más que hace una década
Mónica, madre a los 40: «Los cuarenta de antes no tienen nada que ver con los de ahora»
VALLADOLID
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Iniciar sesiónNada tiene que ver la sociedad actual con la de hace décadas. Distintas costumbres, otras formas de vida y condiciones socioeconómicas diferentes hacen que la maternidad se vaya retrasando. En 2022, más de una de cada diez mujeres que decidieron ser madres por primera ... vez en Castilla y León habían superado los 40 años. En total, fueron 689, un 42 por ciento de todas las mujeres en esa franja de edad que dieron a luz en ese mismo año. Un ejercicio en el que la Comunidad registró un esperanzador, aunque leve, incremento de los nacimientos -0,31 por ciento más - después de encadenar varios descensos, siendo el único territorio junto a la ciudad autónoma de Ceuta en el que se experimentó un aumento de los alumbramientos. Así, fueron 13.135 los bebés que vinieron al mundo, de los que 1.639 fueron alumbrados por progenitoras que estaban en la cuarentena.
Se trata de la cifra más alta registrada en una región en la que se anotaron 159 partos de féminas en los que las madres llegaban o rebasaban los 50. En cuatro de ellos, se trataba, además, de su primer descendiente. Un cambio de tendencia que ha hecho que las progenitoras recién cumplidos los cuarenta sean, por ejemplo, el doble que aquellas que tuvieron hijos con 25. Así, en 2022 las primeras fueron 556 y 269 las segundas, mientras que trece años atrás las más jóvenes superaban ligeramente a las progenitoras mayores.
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Entre las madres en la cuarentena, fueron mayoritarios los partos naturales (1.026) frente a los se produjeron por cesárea (613). Además, también gran parte de esos embarazos llegaron a término -con más de 37 semanas de gestación- y tan solo 140 fueron bebés prematuros, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Eso en un escenario en el que la edad media en la que se da a luz al primer hijo se ha ido incrementando con el tiempo. Actualmente, se sitúa en los 32,08 años, casi dos más que hace un par de décadas. Lo que sí ha ido descendiendo es el número de mujeres menores de edad que se convierten en madres. En 2022, fueron 88 y, aunque fueron 22 más que en el año precedente, es un dato que se aleja de las 175 que dieron a luz hace más de dos lustros sin haber cumplido los 18.
Otra tendencia que revelan los datos es que cada vez es mayor el número de madres que alumbran a sus hijos sin estar casadas con sus parejas. Así, según las últimas cifras del INE, esta es la etapa histórica en la que hay menos diferencia entre las progenitoras que han pasado por el altar y las que no. Las primeras fueron 6.585 y las segundas, 6.550.Desde los servicios de Ginecología constatan el retraso en la edad de la maternidad. «Se ha ido viendo el cambio desde 1993», apunta el jefe de este área del Hospital Río Hortega de Valladolid, Nacho González Blanco, quien añade que es una dinámica que se produce en la mayor parte de los países europeos, pero que España está a la cabeza junto al resto de naciones mediterráneas.
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Entre las razones, estarían la «coyuntura económica», el acceso más tardío al mercado laboral y la conciliación familiar, sugiere. Por las consultas no es lo habitual ver ahora a mujeres entre los 25 y los 30, indica, y son «muchos más los partos» en mujeres de 40 o más que los que se producen en féminas jóvenes. Los efectos de aplazar la edad para ser madre son, por un lado, el hecho de que las gestantes acuden con situaciones médicas «propias de la edad». «Vemos más mujeres con hipertensión o diabetes o intervenidas de alguna enfermedad», apunta.
Como consecuencia son pacientes «más complejas obstétricamente», señala, con algunos alumbramientos que pueden acabar en inducción o cesárea, aunque el número de estas últimas se ha mantenido estable en los últimos años. A eso se añade que a partir de los 35 la «reserva ovárica» comienza a descender y se acude a los tratamientos de reproducción asistida. Unos servicios que en Castilla y León tienen una «demanda muy alta» y una lista de espera que ronda entre los seis y ocho meses. El límite máximo para acceder a estos tratamientos se ha ampliado recientemente en la Comunidad hasta los 42 años en las mujeres y a 60 en el caso de los varones.
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