César Pontvianne: «Castilla y León tiene una capacidad de trabajo y esfuerzo superior a la media»

—Hace un año calificaba la situación económica como de 'incertidumbre', ¿cómo es ahora?

—Existiendo una gran incertidumbre alrededor, si nos centramos en lo nacional creo que en el corto plazo tenemos por delante un escenario para España, por su base productiva y los sectores que tiran, bastante positiva. Es verdad que el entorno europeo no ayuda para nada, con un norte de Europa mucho más enfermo de lo que estábamos nosotros.

—¿Y cuánto se puede aguantar con esa incertidumbre?

—El ser humano es muy resiliente y nos hemos venido acostumbrando desde la pandemia a vivir en esa incertidumbre. Siempre nos basamos en datos, certezas, planes a cinco años, y ahora son al trimestre y como mucho a dos años.

—Decía que España, con matices, presenta una situación positiva. ¿Por qué?

—Nos encontramos en una situación muy similar a la del 92, donde había un norte de Europa capitaneado por Alemania que tenía muchos problemas estructurales, y actualmente este país los tiene; y una España que se había abierto con Barcelona 92, el turismo empezaba a ir como un tiro, también un sector de construcción y uno bancario que apoyaba esos dos. Es a lo que voy: tenemos por delante un año –no me atrevo a decir más– bastante positivo si siguen estas tendencias y no ocurre ningún 'cisne negro'. Pero, a día de hoy, veo unos meses positivos para el sector económico general español.

—¿Y en Castilla y León hay alguna diferencia, algún matiz?

—Tenemos un matiz, que es el sector industrial, del cual tenemos que estar muy orgullosos, muy potente, capitaneado por el agroindustrial, que creo que lo va a seguir haciendo bien, y el de automoción, que está bastante comprometido, al albor de lo que ocurra fuera de nuestras fronteras y al que hay que apuntalar. Y sector servicios, turismo de muchísima calidad y valor añadido que tenemos que seguir fortaleciendo.

—En el plano político, en Castilla y León en julio hubo un cambio. El PP gobierna en solitario sin Vox. ¿Ha tenido algún impacto en la economía?

—No a nuestro nivel o no por las personas que nosotros nos relacionamos.

—Las empresas no son ajenas a la situación política, ¿cómo afecta? Todo apunta a que por segundo año consecutivo no va a haber Presupuestos Generales del Estado...

—Creo que España sea italianizado, la política va para un lado y la economía va para otro totalmente diferente. La economía se ha vuelto tan resiliente que conseguimos aguantar incluso aún no teniendo Gobierno.

—¿Y el acceso al crédito sigue siendo un lastre para las iniciativas?

—El acceso al crédito está muy relacionado con los intereses. Cuando las tasas de interés estaban en máximos, ese acceso a crédito se había restringido. Ahora, con la bajada de tipos de interés, y considero que se va a haber alguna bajada más porque el norte de Europa lo necesita, va a fomentar el crédito y se ha abierto un poco la mano.

—Pero justo ahora la banca está aprovisionando fondos porque les pueden venir en contra las sentencias por las hipotecas...

—Los bancos, durante este año y medio de intereses, se ha encargado muy bien de provisionar. Han tenido unos márgenes, lo vemos en resultados récord. Ha habido una gestión muy acertada y gran parte de ese trabajo ya está hecho.

—Y en este escenario, ¿es el momento para las sociedades como Iberaval para demostrar su papel y su valía?

—Creo que todos los ciclos de la economía, en el caso de Iberaval, no hablo del resto de sociedades de garantía recíproca, son positivas. Una desgracia como el Covid fue positiva para la actividad de Iberaval, porque salimos a la calle y pusimos 90 millones y se transformó en 400. En un escenario de subida de tipos de interés, hemos acompañado a las entidades para cubrir esa financiación. Y una situación con mayor volumen de inversión y unos tipos inferiores, es verdad que perdemos competitividad, pero la banca siempre va a querer tener una aval mayor a ciertos proyectos y creo que nos va a beneficiar porque va a haber más actividad.

—Con el contexto global actual, ¿es posible hacer planes a largo plazo?

—La estrategia se basa en la táctica y la estrategia en sí. La estrategia es a dónde quieres llegar o qué quieres ser de mayor; y luego está la táctica, cómo llegas. Que ahora los ciclos de ese cambio de tácticas son más habituales, por desgracia, sí, pero los objetivos estratégicos tienen que estar claros. Y luego la táctica se tiene que ir adaptando.

—¿Y es positivo para la creatividad, para la innovación, o un lastre?

—Creo que es positivo, y positivo para Castilla y León porque hay una capacidad de trabajo y de esfuerzo superior a la media, por la cultura que nos han inculcado, los valores que tenemos. Que seamos capaces con esa capacidad de trabajo y esfuerzo de adaptarnos al escenario actual nos beneficia.

—¿Y qué falta en Castilla y León para despuntar o ser conocidos?

—Márketing, márketing y márketing. Somos malísimos vendiéndonos y dándonos a conocer. Nos da miedo destacar porque pensamos que nos van a juzgar negativamente, y es todo lo contrario. Tenemos muchísimos casos de éxito y tenemos que ser capaces de comunicarlos en positivo, porque el éxito de un empresario, de dos, de tres, de cuatro, de diez... es el éxito de la sociedad.

—¿Y cómo están valorados los empresarios por sociedad y gobiernos?

—Va por barrios. Por supuesto que hay una estigmatización de ciertos sectores. Tenemos que poner mucho más en valor las cosas positivas que las negativas. Salir a contarlo, porque si no, otros van a contar lo que no somos, y es lo que ha ocurrido. No hay nada malo en decir que hemos ganado dinero y estamos invirtiendo. Es positivo.

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—Los autónomos se quejan de la falta de relevo generacional. ¿Ser emprendedor tiene los días contados?

—Yo creo que no, que siempre va a existir ese gen emprendedor. Pero si solo ven las cosas malas y no cuentas las buenas, la satisfacción, el crear riqueza es muy complicado que la gente se una. Hay muchos, no te voy a decir Amancios Ortega, pero hay muchos grandes empresarios en Castilla y León y tenemos que venderlo y contarlo.

—¿Y cómo fomentar esas vocaciones? ¿Cuándo hay que empezar?

—Hay que empezar en el colegio, porque en la universidad ya es tarde, por desgracia. Hay que empezar contando a los niños lo qué es ser empresario, qué cosas buenas y malas tiene, y que lo empiecen a valorar y a mamar desde pequeños. Si no, todo el mundo va a querer trabajar en una multinacional o ser funcionario y eso empobrece una sociedad.

—Desde Empresa Familiar se quejaban recientemente del «excesivo» número de inspecciones fiscales por parte de la Agencia Tributaria en Castilla y León. ¿Es un lastre? ¿Hace que cambien su sede social?

—Coincido con el presidente y gran amigo de Empresa Familiar en que el exceso burocrático es un problema para las empresas. Las inspecciones de Hacienda desincentivan el crecimiento. La inspección se tiene que acercar mucho más a la realidad, que la Agencia no sea un ente por encima de todo y lejos de todo. Tiene que haber un entendimiento y que sean conocedores de que no somos lo que nos quiere pintar cierta parte de la sociedad. Somos generadores de riqueza y de empleo.

—En julio, en Iberaval alcanzaron un hito, la primera posición en el conjunto de sociedades en riesgo vivo. ¿Que significa para alguien con sede en Castilla y León y cuyo principal mercado está aquí?

—¡Un hito más! Refrendar un gran trabajo bien hecho por parte del equipo. Somos la SGR más grande de España en todos los parámetros que mide el Ministerio de Economía. Para mí es la satisfacción para seguir dando pasos, porque que tengo claro que esto es un paso y vamos al siguiente.

—¿Hay un techo? ¿Tienen capacidad para seguir creciendo?

—Tenemos capacidad, ganas y queremos participar en una posible consolidación del sector de garantías recíprocas en España.

—Trabajan la cooperación público- privada. ¿Qué destaca?

—La conversación directa y honesta. Cubrimos un 'gap' –hueco– donde la administración pone unos recursos a disposición de los emprendedores que gestiona Iberaval sin ningún beneficio, para multiplicar cada euro de inversión pública. La última ayuda de la Junta de Castilla y León eran 7,5 millones que se han convertido en 160 millones de inversión. ¿Quién puede decir eso?

—¿Y es muy desconocida esa colaboración público-privada?

—Totalmente. Además, todo el mundo lo pone en duda. Estamos súper orgullosos de la colaboración público-privada porque es que los impuestos que se recaudan se están utilizando realmente para su fin, que es crear riqueza para la sociedad.

—La industria es más peso en la actividad que recurrió a la financiación de Iberaval. ¿Qué significa?

—Que tenemos un sector industrial, principalmente en Castilla y León y La Rioja. muy comandado por el agroindustrial. Había uno primario potentísimo, y se ha conseguido que ese granero y todas las materias primas transformarlas y que se invierta para seguir transformando y aportando valor. Estamos muy orgullosos, porque para mí la industria es la riqueza de un país. Y considero que Castilla y León lo está haciendo muy, muy bien.