Castilla y León, a la cabeza en «éxodo» juvenil: un 24% de los menores de 35 hacen las maletas

Es una de las conclusiones que se extraen del último informe del Observatorio de Emancipación Juvenil del Consejo de la Juventud de España con datos relativos al segundo semestre de 2021, que dibujan el panorama post pandemia. Tras el Covid, ¿Ha mejorado la situación de los jóvenes? Lo cierto es que no«, ha señalado esa mañana en la presentación del estudio la presidenta autonómica del colectivo, Sandra Amez. «Tenemos peores cifras de empleabilidad pese a ser los más formados del conjunto nacional», lo cual «no se traduce en una mejor entrada en el mercado laboral», al menos en el local - un 41,7 por ciento estaban además sobrecualificados para su puesto-, de ahí que se emigre, apunta.

Aunque aumentó la población activa, «seguimos sin recuperar» las cifras prepandemia y el empleo estable se antojaba, ha dicho, «muy poco probable» en el momento del estudio -queda por ver la influencia de la reforma laboral en la estacionalidad-. De momento, esos últimos datos apuntan a que el 47 por ciento llevaban menos de un año en su actual empresa. Una «inestabilidad que repercute» en la emancipación juvenil.

Sólo un 14,7 por ciento de los castellano y leoneses de entre 16 y 29 años lo había «logrado» -un 67% si se añade a los entre 30 y 34-, ha señalado Amez, quien ha cifrado que con los salarios medios que se perciben -12.133 euros- el colectivo tiene que destinar un 53 por ciento a la renta del alquiler y otro diez por ciento más a gastos.

Casilla y León presenta como «particularidad» un importante «contraste» entre provincias. Así, en «Salamanca y Segovia es inasumible emanciparse» -de media en España se hace a los 29,5 años-. Mientras, en Zamora, León y Ávila «la oferta es un poco más permeable». En todos los casos, se supera el nivel de «endeudamiento» que consideran aceptable para gastos de vivienda, de un 30 por ciento del salario.

Estas condiciones hacen que «tener un empleo no exime a las personas jóvenes de estar en riesgo de pobreza o exclusión social», ha señalado Amez, quien ha situado en un 18,9 por ciento el porcentaje de población en esta situación en Castilla y León.

«Una sociedad que deja a atrás a las personas jóvenes es una sociedad que fracasa», ha advertido antes de reclamar políticas publicas encaminadas a reducir la precariedad y facilitar emancipación y con ello «el desarrollo de un proyecto vital en nuestra tierra en vez de vernos obligadas a emigrar». Unas acciones en las que pide que el colectivo sea tenido en cuenta y no que en exclusiva «haya personas mayores haciendo políticas para jóvenes».

En los mismos términos se ha pronunciado el presidente del Consejo de la Juventud de España, Juan Antonio Báez, quien ha apuntado que «ser joven en España se asemeja a una patología de la que te curas cuando dejas de serlo. Es una maldición» y el panorama en Castilla y León se «agudiza». Los datos, ha dicho, son «más devastadores y tristes».

Por último, el presidente del Consejo Económico y Social de Castilla y León, Enrique Cabero, se ha comprometido a «incorporar las recomendaciones» del colectivo en su informe anual e incidirá además en la inclusión de la «dimensión de edad en la definición de políticas públicas».