El arzobispo de Valladolid pide a los futuros alcaldes que «caigan en la cuenta» de que «tienen que servir a todos»
El prelado vallisoletano, sí ve «lógico» que durante la campaña «propongan criterios y actividades diferentes y se exageren los enfrentamientos» antes de convertirse en «representantes» del conjunto de los ciudadanos
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Iniciar sesiónEl arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha apelado este sábado a los futuros alcaldes a que «caigan en la cuenta» de que tienen que «servir a todos». Así se ha pronunciado durante la homilía en la celebración de la festividad de San Pedro Regalado ... , patrón de la capital vallisoletana, en la que ha asegurado que sí ve «lógico» que durante la campaña «se propongan criterios y actividades diferentes» antes de convertirse en «representantes» del conjunto de los ciudadanos.
Argüello, en la catedral de Valladolid, en la que se han dado cita ciudadanos y autoridades, así como los principales candidatos a las municipales de 28M, ha realizado una prédica dirigida, especialmente, a los aspirantes políticos y a los propios electores ante la cita con las urnas. Así, ha señalado que «una vez que los futuros responsables políticos asuman sus cargos y su responsabilidad han de ser conscientes de que representan y sirven a todos«. »La voluntad política debe guiarse por la razón, no por la razón operativa reducida a cálculo, sino por la razón contemplativa que es un instrumento para captar el orden profundo de la naturaleza creada«, ha añadido.
Argüello ha apelado a que las acciones políticas se pongan en relación con la justicia, pero también «con las otras tres virtudes cardinales: prudencia, fortaleza y templanza«, por cuanto »las cuatro nos ayudan a interrelacionar e integrar razón, libertad y afecto«. En este ámbito, ha advertido de que no debe entenderse la prudencia como »una forma de pusilanimidad o cobardía, ya que lo que permite es «reconocer el objetivo fundamental de la vida en una situación concreta, y, sobre todo, porque identifica los medios adecuados para poder alcanzarlo».
El prelado vallisoletano ha denunciado que «la dificultad que paraliza hoy la reflexión sobre la justicia es la cuestión de la dignidad y los derechos humanos». Así, ha señalado que «si los seres humanos no son diferentes de cualquier otro organismo vivo, la idea misma de los derechos se desmorona. Los derechos y la dignidad sólo pueden tener un estatus de realidad si los seres humanos son algo más que materia biológica«.
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José Ramón Navarro-Pareja«Queda bonito en la jerga de la cultura dominante pero, si en vez ello, hablamos de poligamia, entonces la cosa suena de otra manera», ha explicado monseñor Argüello
El arzobispo de Valladolid se ha dirigido también a los ciudadanos a los que ha avisado de que «nuestra responsabilidad como ciudadanos no se agota depositando la papeleta en la urna en las próximas elecciones municipales, sino que estamos llamados a lo largo de toda la legislatura a comprometernos también por el bien común en el ejercicio de la caridad política«.
Luis Arguello se ha referido en su homilía a otros recientes asuntos de actualidad como la coronación del Rey Carlos III del Reino Unido, «un impresionante espectáculo que nos ha mostrado una manera de entender la tradición y una representación de las relaciones entre la Iglesia y el Estado en la que los ministros de la Iglesia son funcionarios de la Corona»
También ha hecho alusión a la propuesta del presidente chino a representantes de 500 partidos políticos de 150 Estados, de una Iniciativa por una Civilización global «que no cuenta entre sus referencias ni con la dignidad humana ni con el bien común, sí con un aroma de armonía confuciana en la que la democracia es reivindicada, pero no tal como la entiende Occidente». En este sentido, ha explicado cómo «EE. UU. quiere responder con la Cumbre por la democracia, un ejercicio de geopolítica semejante al chino, pero abonando el relativismo ético impuesto, aunque suene contradictorio«. »Nuestras democracias, debilitadas interiormente por esa ética sin fundamento, tienden a entregarse al fundamentalismo democrático o positivismo jurídico que define lo que está bien y lo que está mal, y a promover un significado de la vida que hace juego con la propuesta cultural dominante«, ha advertido, para añadir después que »la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la ley del aborto es un buen ejemplo de esta deriva del positivismo ético y jurídico«.
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