CONEXIÓN LEONESA
¿Y DESPUÉS DE LA ÉPICA MINERA?
TERESA SÁNCHEZ-VAQUERA
La gran reivindicación sigue ahí. El Gobierno se mantiene duro en sus trece de no rebajar los recortes en la minería
Al mismo tiempo que el presidente Rajoy iba desmenuzando en el Congreso de los Diputados sus duras propuestas de recortes presupuestarios y subidas del ... IVA para meter en cintura al déficit público y evitar la intervención total de España por la Unión Europea, los mineros del carbón culminaban en el centro de Madrid su épica «Marcha Negra», arropados por miles de ciudadanos, la mayoría de ellos indignados, cabreados y afectados por la errática política gubernamental de recortes, más recortes y subidas de impuestos. La batalla de los mineros terminó en eso, en batalla campal ante el Ministerio de Industria, convertido en un bunker y punta de lanza de la intransigencia presupuestaria del Gobierno central. ¿Y ahora qué? ¿qué van a hacer los mineros que tanta admiración han provocado a su paso por las carreteras y ciudades de media España?.
Esa es la gran pregunta. Van a volver a las cuencas mineras con las manos vacías, aunque con la satisfacción personal de haber culminado una nueva gesta que pasará a la memoria colectiva de la lucha sindical de este país. Pero la gran reivindicación sigue ahí, tal y como hace mes y medio cuando se iniciaron las movilizaciones. El Gobierno se mantiene duro en sus trece de no rebajar los recortes a la minería. Es más, el presidente Rajoy ni siquiera se dignó recordar a los mineros en su larga intervención de recortes en el Congreso. Así que ahora a los mineros no les queda más remedio que enrocarse en su terreno, mantener el pulso, obligar a las empresas a presentar regulaciones de empleo, convertir la «Marcha Negra» en largas colas ante las oficinas del paro, abocar al cierre a decenas de comercios, bares y pequeñas y medianas empresas de las cuencas, disparar la lista de impago a proveedores y aumentar la morosidad de las cajas de ahorro implantadas en esas zonas porque a partir de ahora ningún minero va a pagar las cuotas de las hipotecas.
Ante la intransigencia del Gobierno central, el conflicto minero se va a radicalizar aún más. Cargos públicos del PP no van a resistir la presión y deberán dimitir por coherencia hacia su electorado y las carreteras y calles de las cuencas podrían convertirse en auténticos escenarios de guerrilla urbana. Habrá intentos de desobediencia civil, nuevos encierros, cortes de carreteras, huelgas generales, quizás huelgas de hambre y movilizaciones de todo tipo.
Los mineros, convertidos en modelo a imitar por un sinfín de colectivos agraviados por las medidas económicas del Gobierno, tienen poco que perder y mucho que ganar. Todo es posible en un colectivo acorralado, derrotado, decepcionado, sin cobrar durante meses y sin futuro.
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