Samantha, rebelde con causa
De aspecto dulce, pero con una fuerte personalidad, la mujer de David Cameron ha sabido llevar las servidumbres que la política causa en la vida familiar
Samantha, rebelde con causa
La campaña comenzó con el anuncio del embarazo de Samantha Cameron (Londres, 1971) y puede terminar el día 7 de mayo por la mañana con ella en la puerta del 10 de Dowing Street junto a su marido. De no ser por el factor sorpresa ... de Nick Clegg, Sam-Cam habría sido probablemente la gran protagonista de estas semanas.
Con un rostro típico del arte de Modigliani y las dulces resonancias de su segundo nombre, Samantha Gwendoline, la señora Cameron tiene una presencia casi tan delicada como la porcelana, pero en realidad su personalidad es la propia de quien tiene un carácter fuerte, no sólo por su rebeldía juvenil primera, sino por su fortaleza después en conllevar las servidumbres que la política causa en la vida familiar y la entereza con que llevó la seria minusvalía y la muerte del hijo mayor del matrimonio. Han tenido otros dos hijos, Nancy y Elwen, de 6 y 4 años, respectivamente.
Hija de barón e hijastra de vizconde, Samantha se educó en los buenos colegios. Luego, en lugar de marchar a Oxford o Cambridge, prefirió alejarse de una ruta marcada. Cameron siempre ha dicho que antes de casarse su mujer era una «bohemia», por su etapa de estudiante de Bellas Artes en la Universidad de Bristol, ciudad en la que frecuentó ambientes alternativos. De esa época son el tatuaje de un delfín que lleva en el tobillo y el recuerdo de Cameron de perderse con el coche por zonas de Bristol a las que nunca habría entrado si no fuera porque iba en busca de Samantha.
Política hasta en la cocina
Ambos se conocieron a través de la hermana de Cameron y se casaron en 1996, después de que ella dejara bien claro que había momentos y sitios en los que no debía colarse la política. «MC1»
De todos modos, la llegada de su marido a finales de 2005 al liderazgo del Partido Conservador ha llevado la política hasta la amplia cocina de su casa, en el famoso barrio londinense de Notting Hill, donde se reúne con frecuencia el equipo de Cameron. Al final, ella misma ha intervenido en algunos de esos debates aportando sus ideas, en un compromiso personal que se ha hecho manifiesto en esta campaña, en la que ha tenido una agenda propia de actos.
Para ello ha dejado unas semanas su trabajo como directora creativa de un empresa de artículos de lujo para oficina. A ella se atribuye especialmente el sentido de realismo que tiene la pareja, a pesar de su privilegiada posición, y la convicción del «conservadurismo compasivo» que predica el líder «tory».
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