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Más de la mitad de la superficie quemada en La Granja pertenece al Parque Nacional

Los efectivos aún tardarán «más de diez días» en su extinción

Uno de los aviones anfibio descargando sobre el incendio en La Granja EFE

I. JIMENO

Complicado, por la escarpada orografía que dificulta el acceso, por las rachas de viento, por unas temperaturas elevadas que no ayudan y pesan sobre el trabajo de los efectivos a pie de llama, así como por la masa forestal que acusa la falta de humedad y se ha convertido sin ella quererlo en combustible. Así está resultando la labor de control y extinción del incendio declarado poco antes de las 15.00 horas de este domingo en el termino municipal de la localidad segoviana del Real Sitio de San Ildefonso, en pleno Parque Natural de la Sierra de Guadarrama y Reserva de la Biosfera, alcanzando también el Parque Nacional . Al cierre de esta edición, el fuego continuaba sin controlar e incluso sin estabilizar en algunos puntos.

Tardarán aún tiempo darlo por controlado y «más de diez días» hasta que se considere extinguido, según avanzó ya ayer el delegado territorial de la Junta en Segovia, Javier López-Escobar . Por el momento, más de 300 hectáreas han sido pasto de unas llamas que comenzaron en una calle de la urbanización Caserío de Urgel, en el núcleo de La Granja y próxima al recinto de lo jardines del Palacio Real. Eso lo tienen claro, y que la mano humana está detrás, como confirmó también el director general de Medio Natural y Política Forestal, José Ángel Arranz . La investigación abierta aún tiene que esclarecer si se trata de una negligencia o hay intencionalidad en un incendio que comenzó menos de una hora después de que a pocos kilómetros, pero en la vertiente madrileña, también saltaran las alarmas con otro fuego desatado en Miraflores de la Sierra, cuya interrelación también se estudia.

Desde esa calle se propagó montaña arriba, llegando a hacer cumbre e incluso saltar a la vecina Comunidad de Madrid. Más de la mitad de las hectáreas calcinadas están dentro del Parque Nacional Sierra de Guadarrama, al que ya habían alcanzado a última hora del domingo. «Un espacio natural emblemático», de alto valor ecológico y medioambiental, como destacó el viceconsejero de Infraestructuras y Emergencias de la Junta, José Luis Sanz Merino, que motiva que ayer se mantuviese activo el nivel 2 de alerta (en una escala de 0 a 3), con un amplio dispositivo de más de 300 efectivos desplegados por tierra y aire.

Dos flancos

Cierto es que durante la primera noche el fuego avanzó a menor velocidad, pero también que aún hay puntos activos «con alto riesgo de reproducciones» en los dos principales flancos por los que las llamas han ido ganando terreno, en principio sin riesgo para la población. Aunque es el izquierdo el «más peligroso» al discurrir por un barranco en el que incluso se produjeron «explosiones» por la acumulación de gases, el que «más preocupa» es el derecho, según reconoció ayer el coordinador de la Dirección General de Medio Natural de Castilla y León, Javier Muñoz. Se dirige hacia el oeste a los Montes de Valsaín, un espacio con pinos centenarios. El viento en contra ayer por la mañana servía algo de freno a su bajada por la ladera, pero las precauciones son máximas y la actuación coordinada entre diferentes administraciones -Junta de Castilla y León, Ministerio de Agricultura, Ejército con la UME, Comunidad de Madrid, Bomberos y Diputación de Segovia, Protección Civil, Patrimonio Nacional y Guardia Civil- se coloca en «el peor de los escenarios posibles para no dejar nada al azar», recalcó también sobre el terreno el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán.

Hasta 17 medios aéreos (14 helicópteros y tres aviones anfibio), once cuadrillas por tierra, cinco autobombas y tres bulldózer y tres batallones de la UME (Unidad Militar de Emergencias) con 184 efectivos y 50 vehículos trabajaron ayer en las labores de estabilización del incendio. Sin olvidar a un pueblo volcado «todos a una» en dotar de avituallamiento a quienes luchan contra el fuego y los alojamientos habilitados en varios puntos de la provincia para el descanso de cuadrillas y pilotos.

«Una negligencia puede causar un incendio como éste», advertía a modo de lamento López-Escobar, más aún en un verano de «condiciones muy peligrosas y extremas» como el actual.

Noche «muy dura»

La densa columna de humo era ya visible desde la tarde del domingo a kilómetros de distancia. Por la noche, el anaranjado de las llamas cobraba protagonismo y daba cuenta de la dimensión de la catástrofe por la que llora especialmente Segovia, que amaneció mirando con tristeza a su sierra y envuelta en humo. Sin poder retener las lágrimas de «impotencia» ante el paisaje reducido calcinado, como el alcalde del Real Sitio, Samuel Alonso , también estaba ayer Luis Alonso Marcos, voluntario de Protección Civil, quien no dudó en dejar de lado su trabajo en su bar para emplearse en el operativo de extinción. «Antes es el paraíso que trabajar», afirmaba este también deportista que tantas veces ha corrido por una zona que, lamenta, «ya no vamos a volver a ver florecer».

La noche fue «muy dura» intentando hacer cortafuegos que la complicada orografía dificultó hasta el extremo. Y con la luz del día, la «desolación» al poder comprobar en primera persona el «dantesco» paisaje que las impresionantes llamas de la noche han dejado. Del colorido verde de los montes a una imagen fundida al blanco y negro de las cenizas a la que en el Real Sitio aún no dan crédito.

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