MÚSICA

«Lluvia» sobre el Calderón

«Lluvia» sobre el Calderón

ROSA SANZ HERMIDA

A sus espaldas, veinticinco años de carrera profesional, trece dirigiendo su propia compañía y la creación de siete trabajos que han conquistado por igual a público y crítica. Esta es la trayectoria de Eva María Garrido García, Eva la Yerbabuena, que presenta en el Teatro ... Calderón de Valladolid, los días 4 y 5 de junio Lluvia, coreografía estrenada en el Teatro Español de Madrid en marzo de 2009 con dirección musical de Paco Jarana, escenografía de Vicente Palacios, iluminación de Florencio Ortiz y vestuario de López de Santos, ganadora de dos premios Max (Mejor Espectáculo de Danza y Mejor Intérprete Femenina de Danza).

Como es habitual en los espectáculos flamencos, Lluvia se estructura en escenas ilustradas por palos clásicos: tanguillos en La Querendona, alegrías en Lluvia de sal, tarantas, murcianas y levanticas en Barro, soleás en Llanto o milongas en Soledades, a los que se añaden trémolos (El sin fin de la vida), frecuencias (Palabras rotas) e incluso un cuplé. A partir de este dechado, y con cuatro bailarines, cuatro instrumentistas y tres voces, Yerbabuena escudriña los pliegues de la soledad, la insensibilidad, la melancolía... como una forma de entenderse a sí misma y a ese arte que tanto quiere y que lleva en sus entrañas: el flamenco. En él –como en la vida– se dan cita la fiesta (bulerías, tanguillos, alegrías) y el dolor (soleás, saetas, seguiriyas), sentimiento que, paradójicamente, acaba revelando la verdadera encarnadura del ser humano. La visión de la bailaora granadina no es, a este respecto, simplista y por ello realiza esta indagación desde la experiencia cotidiana (tejida, también de momentos alegres y toques de humor) y los espacios (puerta, calle) y objetos (mesa) en los que el hombre se encuentra y habita con su soledad. En su exploración sobre la incomunicación ha recurrido a vivencias especiales, como la de frecuentar un centro de la ONCE para saber cómo sienten y perciben los niños ciegos (a los que dedica “Palabras rotas”) el mundo y ha aprendido lenguaje de signos para romper las barreras físicas que impiden entenderse. Porque el objetivo último de esta gran bailaora es conectar con el otro», con el espectador, y dejar que extraiga sus propias conclusiones ante lo que contempla sobre la escena, que se emocione y embriague. Y, contando conla energía y el poderío excepcional de Eva Yerbabuena, esto último está asegurado.

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