La doble recompensa de educar en el esfuerzo
Castilla y León ha reducido su tasa de repetidores en la ESO casi a la mitad desde 2017 gracias a sus planes de refuerzo, una vía que Junta y profesores contraponen al «camino fácil» que pretende el nuevo decreto de Evaluación del Gobierno
Las clases de julio se ampliaron a más cursos tras el confinamiento
Cuando se reanuden las clases tras las vacaciones de Navidad, Enrique Pérez Porres, profesor de Matemáticas del Instituto de Educación Secundaria Arca Real de Valladolid, se pondrá probablemente al frente de un nuevo grupo del programa de acompañamiento a la titulación de 4º de ... la ESO, un plan cuyo fin es apoyar a aquellos alumnos que se les ha atravesado las asignaturas de Matemáticas, Lengua o Inglés en el primer trimestre, con el objetivo de que lleguen al examen final con el nivel adecuado para su promoción.
Enrique es sólo uno de los cerca de 200 profesores que se implican de manera voluntaria en uno de los programas de refuerzo que impulsa la Consejería de Educación , cuyo germen hay que situarlo hace ya más de una década. Lo que en principio se concibió como experimental, con el tiempo se integró de forma estructural en los proyectos de los centros, y fue al comienzo de esta legislatura cuando se avanzó en su mejora, lo que supuso en el caso del ‘acompañamiento’ su puesta en marcha desde el segundo trimestre –antes, sólo se desarrollaba en el tercero–.
Las clases de apoyo en julio, otro de los ‘planes estrella’ de refuerzo, también recibía otro impulso al final del curso 2019-2020 , concluido el confinamiento, ampliándose a más alumnos, ya que los primeros destinatarios –estudiantes de 4º de la ESO– se sumaban los de 6º de Primaria y 2º de Bachillerato, «dos niveles clave», en opinión del director general de Innovación y Formación del Profesorado, Luis Domingo González Núñez. «En nuestro frontispicio hay dos elementos fundamentales, la calidad y la equidad, con el fin de que ningún alumno se quede atrás y que tenga las mismas oportunidades de explotar sus posibilidades, independientemente de sus condiciones sociales, económicas y culturales».
El profesor Enrique Pérez Porres
Desde 2007, que comenzaron de forma piloto estos programas, a la actualidad el porcentaje de repetidores al final de la Secundaria se ha reducido en el sistema educativo castellano y leonés casi a la mitad –del 15,8 al 8,6–. Desde la Consejería están de acuerdo en que «lo ideal» sería seguir rebajándola, pero no por la vía «más fácil», que es por la que consideran que ha optado el Gobierno a través del Real Decreto de Evaluación, promoción y titulación al no fijar un límite de suspensos para obtener el título. Una opción que a largo plazo, aventura González Núñez, «conduce al fracaso»: «Yo puedo disminuir las tasas de repetición bajando drásticamente el nivel de exigencia, que es lo que se pretende, o puedo intentar rebajarla aportando al alumno los refuerzos precisos para que alcance un nivel deseable, que es la política de la Junta».
Cambian las 'reglas del juego'
Critica también que al no haberse aceptado la moratoria solicitada por algunas comunidades, entre ellas Castilla y León, la adaptación de la nueva norma supondrá cambiar las «reglas de juego» a mitad de curso , ya que en su marco contempla eliminar los exámenes de recuperación de septiembre y establecer una evaluación única en junio. Un cambio que está suponiendo a Educación trabajar a contrarreloj para adaptar las programaciones didácticas, pero que en ningún caso, confirma este responsable de la Consejería, llevará a la supresión de esos planes de refuerzo:«Estamos trabajando en la idea de que el programa de Éxito Educativo se adelante a junio para cuarto de la ESO, e incluso el ‘acompañamiento’ que ahora terminaba con el curso se prolongaría hasta la fecha inmediatamente anterior a la prueba».
El cambio impulsado desde el Ministerio de Pilar Alegría tampoco es valorado muy positivamente por algunos profesores. Enrique Pérez cree que pasos como éste supone a la larga diluir en los alumnos la cultura del esfuerzo. Vinculado al programa de ‘acompañamiento’ «al menos seis años», este profesor de Matemáticas ve en los «chavales» que participan en él «bastante implicación». El hecho de ser grupos pequeños, de «en torno a diez-doce alumnos», donde se sienten más libres de preguntar, es uno de sus valores considera. Explica que a sus clases de refuerzo suelen ir dos tipos de estudiantes: quienes aspiran a un grado medio de FP, «con gran demanda, lo que les obliga a aprobar todas en junio» , y los que quieren seguir en Bachillerato y necesitan afianzar unos conocimientos más relacionados con las Matemáticas académicas: «A mis alumnos siempre les digo que deben tener dos objetivos: primero, aprender y segundo, aprobar».
Superar el rechazo
Los resultados avalan su esfuerzo, ya que «casi el cien por cien» logra el segundo de estos fines. Pero no sólo eso, ya que además de conseguir que promocionen les «hace sentir seguros y superar su rechazo a una determinada asignatura» . Así que la recompensa es doble: «Es ilusionante ver como un grupo que tenía miedo a las Matemáticas, casi asco, al final se siente más seguro».
Según los datos que maneja la Consejería, «entre los alumnos que se inscriben y los que no hay una diferencia de cuatro puntos en Lengua, cuatro en Inglés y dos en Matemáticas. Y en el aspecto promocional, los que se apuntan presentan siete puntos por encima de los que no participan». Estos resultados han derivado en un mayor interés por parte de los estudiantes en estos programas con el tiempo. El curso pasado fueron 1.206 alumnos los que se inscribieron.
La profesora Elena Rodríguez Lora
También ha aumentado la demanda de las clases de apoyo en julio. Esta última edición contó con 3.483 estudiantes, la cifra más alta desde su inicio. Elena Rodríguez Lora, profesora del IES Pinares de Pedrajas de San Esteban (Valladolid), lleva implicada en ellas desde 2012 y ha comprobado sus «buenos resultados», no sólo porque «el 90 por ciento de la gente que participa aprueba», sino porque «les cambia la perspectiva de la propia asignatura» y eso «es lo más reconfortante». Los IES Delicias, Juan de Juni, Ferrari, Arca Real o Vega de Prado, todos en Valladolid han sido algunos de sus destinos para este programa, donde comenzó para «completar un poco» su salario, pero del que ahora no se quiere desligar «porque me resulta muy satisfactorio. Es una forma de enseñar diferente».
La de Elena no es una opinión aislada. El 85,6% del profesorado que se implica en la medida la considera eficaz. También las familias, no en vano los que participan en ella registran un 5% más de promoción respecto a los que no lo hacen estando en condiciones para ello. Aunque esta profesora no se declara muy partidaria de los exámenes, ve con temor la cada vez más difícil labor de inculcar la cultura del esfuerzo, de lo que responsabiliza a «todos» y cree que «merece una reflexión».
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