Las diócesis de Castilla y León recomponen sus cuentas tras un 2020 sin casi colectas ni turistas
El cierre de templos obligado por el Covid redujo los ingresos y aumentó el déficit en algunas provincias
La aportación «on line» compensó la caída del «cepillo» en un año en el que creció la actividad asistencial
En algunas iglesias ya se puede donar con tarjeta
Las consecuencias del pandémico año 2020 se han hecho notar en todos los ámbitos de la sociedad y la Iglesia es uno de ellos. Las parroquias han tenido que dar respuesta a una mayor labor asistencial, derivada de las dificultades sociales ... y económicas por las que han atravesado, y siguen atravesando, parte de sus feligreses. Pero, al mismo tiempo, la cuentas de las diócesis se han visto lastradas por la reducción de la actividad obligada por las limitaciones impuestas por el Covid. Fueron tres meses, primero, con los templos cerrados a cal y canto por el confinamiento domiciliario decretado en el mes de marzo en toda España y, después, casi vacías por las limitaciones de aforo, a 25 personas, e, incluso, a quince, en los momentos de mayor incidencia del coronavirus. El resultado ha sido una notable caída de los ingresos del «cepillo» y de los procedentes de las entradas que abonan los turistas para acceder a los templos o de los alquileres de espacios para celebrar eventos. A eso hay que añadir la reducción de las cantidades que se abonan por los servicios litúrgicos , como bodas, bautizos y comuniones. No obstante, hay que recordar que la principal fuente de financiación de las diócesis llega a través de la distribución que hace la Conferencia Episcopal Española de los ingresos procedentes de la casilla de la Iglesia en el IRPF.
Hoy domingo se celebra el Día de la Iglesia Diocesana y, como cada año, las once diócesis de la Comunidad se han afanado durante esta semana en explicar sus cuentas y, al mismo tiempo, en recordar a los fieles que «Somos lo que tú nos ayudas a ser» , el lema elegido para esta jornada con el ánimo de aumentar la colaboración de los feligreses tanto en donativos como en tiempo u oración. «No sobra nadie porque somos una gran familia», dijo el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Bláquez, durante la presentación de las cuentas de su diócesis (19,2 millones de euros de presupuesto, muy similar al del año anterior) en las que se evidencia el descenso de las colectas de más del 19 por ciento en relación con 2019, al pasar de 2,1 millones a 1,7. Una caída que no fue mayor gracias a las aportaciones «on line» que se realizan a través del portal «Dono a mi Iglesia», creado hace ya varios años pero que la pandemia ha impulsado ya que, ante el cierre de las iglesias, los fieles buscaron otros métodos para hacer sus aportaciones. De hecho, el pasado año se recaudaron 100.000 euros, frente a los 6.000 de 2019.
También en la iglesia de Burgos los ingresos han mermado , en torno a un siete por ciento, aunque sus cuentas distan mucho de las de Valladolid, porque en ellas se incluye la gestión de la Catedral, del seminario y de los cinco colegios concertados. Con un presupuesto de 34 millones de euros, casi dos millones menos que el año anterior, la archidiócesis burgalesa arroja un déficit de 46.645 euros , que se suma al que viene arrastrando de ejercicios anteriores, desde el año 2013 y que en 2.010 fue de más de 13.000 euros. En este caso, según explicó el vicario de asuntos económicos de la Diócesis, Vicente Rebollo, la aportación directa de los fieles es la segunda fuente , con más de 5,8 millones de euros, seguida de los fondos procedentes de la Asignación Tributaria a través del fondo común interdiocesano de la CEE. Además, el patrimonio suma esta vez 1.265.288 euros, un 20 por ciento menos, debido a que las entradas a la Catedral, museos e iglesias quedaron drásticamente reducidas. Ayudó a compensar pérdidas tanto la citada aportación que se recibe por la X en el IRPF, que se ha incrementado ligeramente, como las partidas de la Junta por los conciertos con los cinco colegios diocesanos.
El obispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, el pasado jueves, durante la presentación de las cuentas
El ajuste más serio -porque «las piedras pueden esperar», señaló Rebollo- se ha producido en el mantenimiento y restauración de edificios , donde el gasto ha bajado un 15 por ciento «porque nuestra prioridad han sido y serán siempre las personas».
Un 70% menos de bodas
Precisamente, el servicio litúrgico que se presta a las personas ha caído también de forma drástica , en algunos casos hasta un 70 por ciento cuando se trata de las bodas. Por poner algunos ejemplos, en Valladolid se celebraron el pasado año 104 matrimonios (frente a los 485 de 2019), 932 bautizos (1.897) y 1.584 primeras comuniones (2.905). La tendencia ha sido similar en todas las provincias aunque, según reconoció el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, este año ya se percibe una «intensificación» después de que la pandemia obligase en 2020 a aplazar estas celebraciones familiares.
Otra de las diócesis que ha cerrado con déficit es la de Palencia que ha registrado un negativo de 96.565 euros cuando el año anterior, por ejemplo, hubo un superávit de un millón. Con un presupuesto de 9,5 millones de euros, las aportaciones de los fieles han caído en más de un millón de euros, hasta 1,6, y casi en la misma cantidad, de 3,3 millones a 2,4 la partida de «otros ingresos corrientes». El responsable de las cuentas en el obispado, Tirso Castillo, también destaca las pérdidas que se han producido en las inversiones de capital que comenzaron muy mal el año pero que al finalizar el ejercicio se consiguieron reducir.
Ávila y el turismo
Una de las provincias que más ha sufrido la c aída del turismo ha sido Ávila , de forma que sus efectos se han dejado notar especialmente en la Diócesis. De hecho, la reducción más importante en sus cuentas se debe a la bajada de los ingresos procedentes de las entrada s que se cobran en la catedral y otras iglesias, como pueden ser la Basílica de San Vicente o Santo Tomás. Así, el porcentaje de esta partida sobre el total (en la que también se incluyen los alquileres) ha pasado del 19 por ciento en 2019 al ocho de 2020 . Son cantidades que, insisten en la Diócesis, se destinan íntegramente al mantenimiento y conservación del patrimonio. Con algo más de 140.000 euros de déficit, el presupuesto total se ha visto reducido en 380.000 euros , hasta los 5,1 millones de euros. Además, han bajado los ingresos que se obtienen de los dos colegios, debido a la falta de actividad del 2020 y, por lo tanto, de la suspensión tanto del comedor como de las actividades escolares. También se han reducido las aportaciones directas de los fieles a través del «cepillo» , si bien se ha podido compensar con otras fórmulas para donar vía on line e, incluso, por Bizum, un método que «funciona muy bien», aseguran en la diócesis. Ávila fue de las primeras en ponerlo en marcha y el pasado año, debido a la pandemia, experimentó un gran impulso.
También arrastra déficit la Diócesis de Salamanca , que cerró el año pasado con 9,5 millones de euros de gasto y con un d escenso de la aportación de los feligreses de 1,7 millones a 1,4. No obstante, para esta provincia eclesiástica la principal novedad de ese año es que por primera vez se ha contabilizado tanto ingresos como gastos de la Catedral de Salamanca y de un 40% de las parroquias, aquellas que han podido aportar sus datos. Precisamente, en el caso de la seo se ha producido un déficit debido a la situación de pandemia y los meses que ha permanecido cerrada al turismo.
En León, el presupuesto está equilibrado y se sitúa en 6,3 millones de euros. Sin embargo, los mayores descensos se han contabilizado en los ingresos de patrimonio y otros «corrientes», debido al cierre de templos e iglesias, sin olvidar que, como en otros muchos casos, los alquileres que por pisos o locales se abonan al Obispado se ha condonado o no ha existido por falta de actividad.
Por lo que se refiere a la D iócesis de Segovia, sus cuentas han variado notablemente al consolidarse por primera vez en 2020 las de varios organismos diocesanos como el seminario, la librería la casa sacerdotal y la de espiritualidad. Debido a ello, el presupuesto arroja una cifra que supera el medio millón de euros con respecto al ejercicio anterior . Fuentes del Obispado destacaron cómo las aportaciones de los fieles superaron el millón trescientos mil euros, aunque reconocieron que «es uno de los puntos a reforzar, concienciando a los fieles de que, además de las colectas, pueden colaborar tanto por domiciliación como a través de internet y Bizum». De hecho, las colectas se han reducido en más de 300.000 euros (de 1,1 millones en 2019 a 847.751 euros en 2020) pero han sido otras aportaciones, a través de donaciones y suscripciones, las que han permitido mantener casi igual la partida global.
Fuera de las capitales
Los tres obispados que no están en capital de provincia , Osma-Soria, Astorga y Ciudad Rodrigo, han presentado unas cuentas saneadas aunque, como el resto, no han sido ajenos a las dificultades provocadas por la pandemia . Así, en Astorga (León), que aglutina 975 parroquias (también en Zamora y Orense) y la segunda en número sólo superada por Burgos (1.004), los ingresos del año pasado se situaron en 6,6 millones frente a los 7,7 millones de 2019 principalmente por la merma en los procedentes del patrimonio. En Ciudad Rodrigo (Salamanca), con 121 parroquias, el ecónomo Manuel Domínguez desgranó una cuenta de resultados del ejercicio 2020, en la que los ingresos y gastos están equilibrados en 2.388.045 euros, aunque las aportaciones de los fieles han bajado de 442.394 a 382.117 euros.
En la Diócesis Osma-Soria (542 parroquias) las cuentas también están saneadas y hasta con superávit e, incluso, registra aumentos en las aportaciones de los fieles a través de sus iglesias.