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Las diócesis de Castilla y León recomponen sus cuentas tras un 2020 sin casi colectas ni turistas

El cierre de templos obligado por el Covid redujo los ingresos y aumentó el déficit en algunas provincias

La aportación «on line» compensó la caída del «cepillo» en un año en el que creció la actividad asistencial

En algunas iglesias ya se puede donar con tarjeta HERAS

M. Serrador

Las consecuencias del pandémico año 2020 se han hecho notar en todos los ámbitos de la sociedad y la Iglesia es uno de ellos. Las parroquias han tenido que dar respuesta a una mayor labor asistencial, derivada de las dificultades sociales ... y económicas por las que han atravesado, y siguen atravesando, parte de sus feligreses. Pero, al mismo tiempo, la cuentas de las diócesis se han visto lastradas por la reducción de la actividad obligada por las limitaciones impuestas por el Covid. Fueron tres meses, primero, con los templos cerrados a cal y canto por el confinamiento domiciliario decretado en el mes de marzo en toda España y, después, casi vacías por las limitaciones de aforo, a 25 personas, e, incluso, a quince, en los momentos de mayor incidencia del coronavirus. El resultado ha sido una notable caída de los ingresos del «cepillo» y de los procedentes de las entradas que abonan los turistas para acceder a los templos o de los alquileres de espacios para celebrar eventos. A eso hay que añadir la reducción de las cantidades que se abonan por los servicios litúrgicos , como bodas, bautizos y comuniones. No obstante, hay que recordar que la principal fuente de financiación de las diócesis llega a través de la distribución que hace la Conferencia Episcopal Española de los ingresos procedentes de la casilla de la Iglesia en el IRPF.

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