Diez razones por las que se debe evitar la obesidad

1. Un estilo de vida perjudicial . Desde Adncyl lo tienen claro, una de las principales causas de los altos índices de obesidad a los que se enfrenta España son culpa de «nuestro estilo de vida». «Nuestros hábitos dietéticos, el ejercicio que no realizamos o el sedentarismo» son, como ocurre «en otros países», el origen de este problema que desde la Asociación no dudan en calificar como el «enemigo silencioso». «Cada vez comemos peor», aseguran, y recuerdan como se está perdiendo la «cocina tradicional» en detrimento de más azucares y más grasas «y de peor calidad».

2.Exceso de grasa. La obesidad, lo que para muchos médicos puede desembocar en la gran epidemia de siglo XXI, es un «exceso de grasa en nuestro organismo que hace que el adipocito, la célula que almacena esta grasa, fabrique sustancias peligrosas en grandes cantidades». Además, señalan, que este peso extra repercute negativamente en nuestras articulaciones y que, con el paso del tiempo, puede llevar a esta a desarrollar una resistencia a la insulina «derivando en una diabetes», con las complicaciones que esta tiene asociadas.

3. Origen de enfermedades. Para la Sociedad Española del Estudio de la Obesidad (Seedo), se considera que una persona padece obesidad cuando tiene un Indice de Masa Corporal (IMC) superior a 30. Por su parte, desde Adncyl recuerda que la obesidad está «fuertemente» relacionada con varias de las «causas de muerte más importantes» como las enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, problemas de huesos y articulaciones, problemas respiratorios como la apnea del sueño o problemas hepáticos. «La grasa es el vecino incómodo con el que nuestro organismo va lidiando, pero al final esta va a terminar perjudicándonos», añaden.

4. Educar a la sociedad. La primera piedra para revertir esta situación se sitúa a nivel institucional con una apuesta por la educación de la población enseñándoles a «llevar una dieta saludadable y equilibrada, haciendo elecciones saludables dentro de sus gustos». Desde el colegio de dietistas y nutricionistas hacen un llamamiento para enseñar a «interpretar el etiquetado nutricional» de los productos, y «hacer partícipes a padres y madres, escuela, ámbito sanitario, industria, publicidad para prevenir, y tratar» a unas tasas de obesidad nacionales «en aumento».

5. Ponerse en manos de un nutricionista. La visita a un dietista o nutricionista puede ser esencial para conocer las necesidades que nuestro cuerpo tiene a la hora de ponerle freno a una incipiente obesidad. «Es el profesional idóneo para que realice una indicación individualizada en función de sus necesidades y gustos, adaptándose al paciente», insisten.

6. Hábitos nutricionales recomendados. Cambiar los hábitos alimenticios puede ser en primera instancia uno de los pasos más complicados para luchar contra la obesidad. La Asociación de Dietistas y Nutricionistas de Castilla y León apuesta por copar nuestra cesta de la compra con frutas; verduras; hortalizas; legumbres; cereales «integrales a poder ser»; frutos secos; pescados, carne -«blanca sobretodo»-; o huevos. Al mismo tiempo, tampoco hay que descuidar la manera en la que cocinamos estos productos, sabiendo que existen múltiples formas de prepararlos sin tener que caer en un baño constante en aceite. Así, podremos apostar por técnicas como cocinar a la plancha; salteado; rehogado; en una olla exprés; al vapor; escalfado; asado; o en papillote.

7. Actividad física . La actividad física debe tener una importancia capital a la hora de luchar contra la obesidad, pues es el complemente perfecto a una dieta saludable. Cada persona debe tener en cuenta las capacidades que tiene para realizar unas actividades u otras con las que ayudar a la quema de esta grasa extra que nuestro organismo está soportando.

8. Cambiar «el chip». «Al final todo se reduce a un cambio de chip que conlleve un cambio de hábitos alimentarios y del ejercicio físico», resumen desde el colegio de profesionales dietéticos, que llaman a «comer de todo» y «ser activo». «¿Estarías dispuesto a ir a trabajando andando si tardaras 30 minutos?», ponen come ejemplo, donde un pequeño paseo diario puede ser el aliado perfecto de la dieta.

9. Educar nutricionalmente a los hijos. Además de la educación fuera de casa, enseñar a los mas pequeños la importancia de alimentarse de una forma correcta y llevar una vida activa puede ser vital para su salud. «La cultura nutricional que dejes a tus hijos es uno de los legados más valiosos que les puedas dar, tanto para su salud como para ti por el tiempo que compartes con ellos», señalan, y destacan que «enseñarles a cocinar, a comprar, o dejarles que elijan el menú» es muy bueno para ellos y «no tiene precio».

10. Las «dietas milagro» no existen . Por último, la Asociación de Dietistas y Nutricionistas se muestra tajante y niega rotundamente que las llamadas «dietas milagro» existan. «Estas dietas si las sigues puedes poner en peligro tu salud, tu bolsillo y tu paciencia», aseguran, e insisten en la necesidad de «prevenir educando en la materia» para no caer en «unas formas de comer muy drásticas que no nos van a aportar ningún beneficio a corto, medio o largo plazo».