Amenazan a un concejal del PP de Retortillo (Salamanca) con la soga de una horca

Los hechos fueron denunciados ante la autoridad competente por el concejal, así como por la corporación municipal de la localidad salmantina, compuesta por tres miembros del PSOE y dos del PP, al completo. Además, la corporación municipal de Retortillo emitió un comunicado para denunciar la amenaza recibida por Martín Herrero.

En él, los concejales de la localidad consideran la «amenaza grave, real y directa contra su vida y su libertad de expresión » como un «ataque propagandístico y de coacción al Ayuntamiento de Retortillo ». No obstante, aseguran que «ningún miembro de la corporación va a dejarse influenciar por los ataques e insultos que constantemente se están recibiendo por el simple hecho de hacer lo que creemos que es lo mejor para nuestro municipio ».

El comunicado continúa exponiendo que los dos grupos políticos que conforman el Ayuntamiento de la localidad «se solidarizan al unísono con el concejal amenazado » y esperan que «se esclarezca lo acontecido y se tomen cuantas medidas judiciales sean necesarias». El comunicado concluye agradeciendo «todas las muestras de cariño y solidaridad recibidas para con nuestro concejal y el Ayuntamiento ante los hechos tan graves acaecidos en nuestro municipio».

Por su parte, el concejal amenazado ha dicho que sigue sin sospechar sobre la autoría de la amenaza. El edil del PP, miembro de la Corporación municipal de Retortillo y trabajador en la multinacional minera Berkeley, ha manifestado su rechazo a lo sucedido y ha afirmado que «el autor de la amenaza ha sobrepasado los límites de la convivencia ciudadana».

En este sentido, y en declaraciones dadas a Efe, Martín Herrero ha puntualizado: «No tengo la más mínima sospecha de quién ha sido, hay gente a favor y en contra de la mina (de uranio) pero esto ya es pasarse así que lo hemos denunciado, yo tengo la conciencia tranquila , soy solamente un obrero».

Además, el concejal ha recordado que él ya venía prestando servicios de tala y corta de árboles a Berkeley incluso antes de comenzar su etapa de concejal. En relación a este tema, el concejal ha aclarado que fueron sus padres, propietarios de la vivienda colindante, quienes recogieron el sobre con el logotipo de Berkeley dirigido a su hijo, al no caber en el buzón.

Al abrir el sobre y encontrar la soga, la primera reacción del concejal fue llamar a Berkeley y preguntar a sus superiores: «¿tan mal me queréis?».