Álvaro Rodríguez Fominaya: «Tener ‘blockbuster’ no está entre los objetivos de mi programación»
El nuevo director del MUSAC asume las riendas del museo para «repensar» la institución e intentar ue el visitante que llega a León la entienda como «uno de sus atractivos»
‘Reconstruir’ fue el nombre del proyecto con el que convenció al comité de selección de ser la persona adecuada para llevar las riendas del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC). Llega con el aval de haber trabajado en el Guggenheim Museum ... de Nueva York, en su sede de Bilbao, y en el Para/Site Art Space de Hong Kong, entre otras entidades, pero Álvaro Rodríguez Fominaya (Las Palmas de Gran Canaria, 1968) cree que tras la pandemia «hay que volver a pensar las instituciones culturales», y por ahí van a ir «algunas» de sus «líneas de trabajo». Prevé desarrollar este empeño con «total libertad» y no quiere pensar en polémicas pasadas. Sólo mirar al «presente y futuro» de un museo al que quiere atraer artistas que «están contribuyendo» a dar «respuestas y soluciones a los problemas que nos rodea«.
Ha llegado con el frío a León, ¿Fue más cálido el recibimiento puertas adentro del MUSAC?
Sí, ha sido muy positivo. Uno de los grandes activos que tiene la institución es contar con un equipo de trabajo con muchísima experiencia y muy especializado en desarrollar proyectos de arte contemporáneo. Es un lujo.
¿Cuáles serán sus líneas de trabajo?
Para mí, es muy importante pensar en la historia de la institución y el contexto en el que se encuentra. Cuando presenté al jurado el proyecto, lo hice bajo el nombre de ‘Reconstruir’. Creo que hay que volver a pensar las instituciones culturales tras la pandemia y por ahí van a ir algunas de mis líneas de trabajo. Es fundamental poner el foco en la obra de arte y también volver a ver entre las funciones elementales de la institución museística una entidad que da un servicio público. En cuanto a temas concretos, considero que debemos estar en todas aquellas cuestiones en las que haya innovación en el pensamiento contemporáneo. El museo no puede ser ajeno a ninguno de los debates en torno a lo que está sucediendo en la sociedad. No se puede entender arte contemporáneo sin hablar de feminismo, cambio climático... Pero también una de las líneas que vamos a desarrollar es la reflexión sobre qué ha sucedido con la recepción tardía de la modernidad y como podemos enfocar o redirigir esto hacia el futuro. El MUSAC va a seguir siendo un museo del presente, pero con una idea del tiempo expandido. Yo los límites cronológicos no los percibo como una frontera que no se pueda franquear; hay momentos del pensamiento que a lo mejor sí tenemos que tener en cuenta. A veces para explicar lo que estamos haciendo hoy tenemos que recurrir a lo que ocurría hace 30 ó 40 años.
«Quiero ver en el museo a artistas que están contribuyendo a dar respuestas a los problemas que nos rodean»
«La colección del Musac es una de las mejores de Europa en torno al arte del cambio de siglo»
Algunos de los anteriores directores denunciaron ‘injerencias’ por parte de la administración. ¿Confía en que pueda trabajar con independencia?
Estoy trabajando con total libertad. He sido elegido por un jurado de acuerdo al Código de Buenas Prácticas del sector del arte contemporáneo y sólo pienso en el presente y en el futuro de la institución.
¿Cuenta el museo con el equipo adecuado?
La percepción de adecuado o no siempre es subjetiva. Siempre se desea más de todo, pero sí que hay un equipo muy experimentado, muy especializado y en consonancia con los equipos de otros centros similares. Por supuesto que siempre se puede pedir más, pero yo tampoco creo que sea esa la tarea de un director, sino la de hacer la mejor programación posible con los recursos que existen.
A nivel internacional ha trabajado en Hong-Kong y Nueva York, ¿Qué ideas, formas de trabajar, cree que puede importar de aquellos museos?
Creo que los modos de trabajo están homologados a nivel internacional. He trabajado con todo tipo de instituciones, de gran tamaño como el Guggenheim, pero también con otras de tipo independiente, con presupuestos más ajustados. De cada experiencia profesional que he tenido, por supuesto que me quedo con muchos aprendizajes que voy a necesitar en el MUSAC.
¿Cuenta el museo con el suficiente presupuesto?
Está bien dotado económicamente. Sobre todo, si tenemos en cuenta lo que reciben otros museos de arte contemporáneo en España. El centro va a contar con un presupuesto para adquisiciones; no el inaugural, evidentemente, pero vamos a tejer una serie de narrativas que tienen que ver con la ampliación de la colección hacia el futuro. Eso es fundamental. Sabremos la cantidad exacta del próximo presupuesto cuando pase por el Parlamento, pero por referencias de otros años, recibe aproximadamente 2,3 millones de euros, que es una cantidad que está homologada con relación a otras instituciones en España. No estamos en el pelotón de cabeza, pero tampoco entre los últimos, sino en un punto intermedio en el que se pueden realizar proyectos de calidad.
¿Debe ser el Musac un polo de atracción de visitantes a la ciudad?
Este es uno de los grandes debates para la mayoría de las instituciones culturales. ¿De quién es el MUSAC y para quién es? Desde luego, me gustaría ver un Musac que los visitantes entiendan como uno de los atractivos de la ciudad, porque lo es, y voy a contribuir a que sea así. Si la pregunta va por la vía de si vamos a tener grandes ‘blockblusters’, no es uno de los objetivos de la programación que voy a realizar. Quiero trabajar con artistas que son influyentes en el panorama internacional, proyectos sólidos, donde haya un componente de investigación. Sí tengo ganas de hacer una programación inclusiva, donde todos los visitantes y usuarios puedan reaccionar para bien o para mal, que se sientan interpelados.
¿Cuál será la primera programación con su sello ‘cien por cien’?
Llevo una semana en el puesto de dirección. A primeros de año se anunciará la programación en la que desde ya estamos trabajando, que va a ser atractiva. En ella habrá proyectos que hace tiempo que se estaban preparando y que asumo porque son de calidad.
«Sin estar en el pelotón de cabeza, con el presupuesto del MUSAC se pueden realizar proyectos de calidad»
Y en un futuro, ¿con qué artistas le gustaría contar?
Nombres podría dar, pero no quiero. Cualquier proyecto expositivo normal lleva entre dos o tres años, a veces hasta cuatro o cinco de desarrollo, investigación, solicitud de los préstamos, de definición del espacio, etc. No es algo que se improvise. ¿A qué artistas me gustaría ver? A artistas que han influido en los debates contemporáneos, que están contribuyendo a descubrir el planeta de una forma novedosa, a generar nuevas preguntas y en algunos casos respuestas y soluciones a los problemas que nos rodea.
Y en la colección propia, ¿se puede seguir indagando en ella?
Se debe seguir investigando. Es una colección altamente especializada, que refleja muy bien un momento específico en la historia del arte, que es el del cambio de siglo. Es una de las mejores colecciones que hay en Europa en torno a estos año, con obras que de referencia. En los pocos días que llevo aquí he visto que hay muchas piezas de artistas de peso que son solicitadas por bienales, museos... Hay margen para seguir construyendo nuevos relatos con las cerca de 1.200 obras que alberga.
¿Cree en las sinergias con otros museos? ¿Se debería tejer con más ahínco redes con museos de similares características de la Comunidad?
Es algo que tengo que analizar una vez que esté más asentado. Creo que cada institución tiene que tener su propia identidad y para eso no necesariamente hace falta aproximarse a una red de forma tradicional, en cuanto a compartir proyectos expositivos, pero sí se pueden compartir programas que vayan más allá de las exposiciones. Es importante que la colección del MUSAC se vea en otras ciudades. Hay ya un programa, que es el Musac Off, que me gustaria potenciar especialmente en el ámbito regional.
¿Se ha marcado un número de visitantes a recuperar en el 2022?
Para hablar cifras habría que tener un estudio de la viabilidad de esos objetivos, que no tengo. Sí que me gustaría incrementar el número de visitantes que vienen a León y cruzan las puertas del museo. Eso sería un éxito. De todos modos, insisto en que ésta es sólo una de las métricas que definen el éxito o no de una institución; hay otras que deberíamos empezar a entender: su impacto mediático, su representación en eventos culturales y a nivel de investigación... Son otros valores que a veces obviamos porque son menos fáciles de transmitir, pero igualmente importantes.
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