Fernández Mañueco deja la Alcaldía de Salamanca para centrarse en la candidatura a la Junta

Fernández Mañueco está al frente de la Corporación municipal salmantina desde 2011, año el que que accedió a la Alcaldía con mayoría absoluta y con mejores resultados que su predecesor, Julián Lanzarote, quien también había gobernado con mayoría absoluta. A este momento se ha referido durante su anuncio en el pleno recordando que asumió el cargo -que revalidaría en 2015, entonces obligado a pactar con Ciudadanos para mantenerse en la Alcaldía- «con ilusion y ganas de hacer mi ciudad y la vida de los vecinos mejor», un trabajo que según ha señalado, ha tratado de realizar «con convicción y sentido del deber» y con la idaea de sus decisiones estuviera «a la altura de esta ciudad histórica y de sus ciudadanos».

El hasta ahora alcalde de Salamanca se ha mostrado «orgulloso» del trabajo realizado, aunque ha apuntado que «en una ciudad siempre hay proyectos por hacer». Por eso, ha pedido «a todos los grupos políticos» que actúen «siempre» teniendo claro que «lo importante» son las «personas de Salamanca» y que trabajen «pensando en ellas» y no en estrategias políticas.

«No hay mayor honor para un salmantino que ser elegido alcalde», ha subrayado recordando las palabras que él mismo dijo cuando accedió a la Alcaldía. Visiblemente emocionado, sobre todo en el momento en que ha recordado el apoyo de sus amigos y de su mujer y sus dos hijas -«ellas compartieron mis decisiones y pagaron el tiempo que me faltaba», dijo- ha señalado que se «ha quedado sin aliento» trabajando al frente de la corporación municipal y que a partir de ahora su intención es quedarse «sin resuello» en la carrera a la Presidencia de la Junta porque «aspiro a seguir trabajando por Castilla y León desde otras ocupaciones» con el fin de «contribuir a mejorar la vida de las personas». «Tengo un compromiso con los españoles y actuaré con lealtad», ha concluido.

Procurador también en las Cortes de Castilla y León, Fernández Mañueco se impuso al alcalde de León, Antonio Silván, en el primer proceso de primarias de la historia del Partido Popular de Castilla y León, con casi el 70% del apoyo de los militantes de la región y una diferencia superior a 15 puntos con respecto al citado oponente.