Triunfo de Téllez, Mayalde y la solidaridad de los aficionados en Villaseca

Con un lleno y un ambiente previo al festejo que no se había visto los 10 años de vida del coso sagreño fue el comienzo definitivo de la temporada en la provincia. Y con muchas caras conocidas del mundo del toro, de la sociedad y de la política. Al comienzo del festejo se guardó un respetuoso minuto de silencio por el que fue más de 20 años jefe del equipo médico de la enfermería de la plaza de toros, el doctor Armando Martín Capilla.

Luego, como es tradicional en esta plaza, sonaron los acordes del himno nacional y una gran ovación de respaldo a la causa y a los toreros.

El torero de Mora, Ángel Téllez, fue el triunfador de la tarde saliendo en volandas tras realizar una tremenda faena al quinto de la tarde. El astado de Rafael Finat le facilitó desde el comienzo el buen recibo con el capote con el que enganchó al público. Luego, con la muleta, realizó un toreo profundo de mano baja encajado de riñones por ambos pitones, rezumando gusto. Entró a matar por derecho enterrando el acero en lo alto. Dos trofeos merecidos que le hicieron ser el triunfador de la tarde. Reconocido también el comportamiento del toro, que fue premiado con una gran y merecida vuelta al ruedo. Peor suerte tuvo Tellez con el primer toro con el que estuvo solvente y decidido.

Un trofeo paseó del tercer toro de la tarde el mexicano Isaac Fonseca. Estuvo valiente toda la tarde, pero sobre todo con ganas y decidido correspondiéndole dos buenos toros de la ganadería toledana. El público salió encantado con sus dos actuaciones, que de no fallar en la suerte suprema, hubiese abandonado en hombros el coso villasecano. Una merecida oreja cortó al tercero de la tarde.

El otro torero de la tierra fue Álvaro Lorenzo al que les correspondió un lote desigual. Primero un astado que tuvo buen fondo al que le pudo sacar muletazos de mano baja alentados por el público. Cuando tenía en su mano el éxito los aceros le cerraron el triunfo.

Con ganas, salió a recibir al cuarto de la tarde y segundo de su lote, toreándole bien con el capote, dejando un remate de ensueño. Con la muleta en la mano llevó al animal de forma magistral por ambos pitones en una faena que fue de más a menos. Acabó con el animal de media al segundo intento siéndole concedida una oreja a petición del público que el matador no paseó en su vuelta al ruedo.

Al final del festejo, la gente acompañó al torero en su salida hombros y los aledaños del coso parecían un foro en el que todo el mundo, comentaba la gran tarde de toros vivida y sobre todo su gran causa benéfica.