Homicidio en un bar de Miguel Esteban: el vídeo explícito que puede convencer al jurado

Los nueve miembros del tribunal, más los dos suplentes, visualizaron a puerta cerrada toda la violenta secuencia de una reyerta que acabó con la muerte del rumano Lucian en el bar Débora de Miguel Esteban, en medio del lanzamiento de sillas y taburetes de madera la noche del 30 de octubre de 2020.

A Claudiu, compatriota de la víctima, la Fiscalía le atribuye el homicidio con la atenuante de legítima defensa. Sin embargo, la acusación particular eleva el delito a asesinato, mientras que su abogado defiende que repelió el ataque con un cuchillo, navaja o catana de 50-60 centímetros, según la fuente, por parte de Florín y Lucian, entre otros.

Florín, también rumano, es el segundo acusado en este procedimiento. A este hombre fornido, la representante del Ministerio Público le imputa haber intentado acabar con la vida de Claudiu, después de viajar 400 kilómetros, aunque su letrada lo rechaza de plano.

En esta historia había un tercer procesado, señalado como encubridor porque se llevó el arma homicida, que nunca apareció. Sin embargo, Pedro Jiménez fue absuelto al principio de la vista por el presidente del jurado, el magistrado Emilio Buceta. El encartado, quien intervino brevemente por videoconferencia desde una prisión, era cuñado del presunto homicida cuando sucedieron los hechos: por entonces, Claudiu mantenía una relación sentimental con Débora, dueña del bar y expareja de Florín, con quien tiene dos hijas. Por ese motivo, defendido por Yolanda López, la abogada de Pedro, el juez le aplicó inmediatamente la exención contemplada en el Código Penal por vínculos familiares, aunque con la protesta de la fiscal.

Pero para escribir este puñado de líneas hubo que oír larguísimos discursos de todas las partes en su presentación inicial, plomiza en algunos casos. Para la mayoría es su primer jurado, y se notó en ese trámite preliminar, mientras que para el juez es el último juicio antes de cesar el 19 de junio y cambiar de destino.

Seguro que el presidente recordará este juicio por las veces que tuvo que leer la cartilla a los abogados y a la fiscal para que fueran al grano porque «el jurado va a desconectar». «Usted ha traído las conclusiones redactadas de casa», llegó a espetar a Enrique Torés, de la acusación particular, «y, si nos va a decir lo que van a declarar los testigos, no se lo voy a permitir».

Y eso que «tenemos la suerte de tener un vídeo», se congratuló Ángel Javier Sánchez, letrado de Claudiu. En esa grabación de las cámaras de seguridad del local, Florín le propina una decena de puñetazos y patadas a Claudiu cuando éste sale del baño. El presunto homicida saca el arma blanca de entre sus ropas y la esgrime inmediatamente ante Florín y Lucian, quienes le lanzan al menos un taburete y una silla hacia el fondo del bar, donde Claudiu se siente acorralado. Instantes después, se ve a la víctima mortal sangrando abundantemente por el cuello mientras atraviesa el bar y se desploma nada más pisar la calle, en tanto que Florín sale con profundos cortes en ambos brazos y Débora, también por intentar mediar.

«Al salir del baño, recibí un golpe y me quedé entre dos mundos. Yo solo quería defender mi vida porque no tenía escapatoria», afirmó ante el tribunal, así como negar que hablara mal de Florín a sus hijas. Éste, que declaró primero, aseguró precisamente que ese fue uno de los dos motivos que le llevó a tener ese comportamiento violento. El otro, que Claudiu lo amenazara por Facebook con que lo iba a matar.

Para «pedirle explicaciones», dijo Florín, el día de autos se hizo 400 kilómetros en coche: viajó con sus hijas hasta Talavera de la Reina desde Quintanar de la Orden, a nueve kilómetros de Miguel Esteban, y volvió al bar de Débora con cuatro amigos. Uno de ellos, Lucian, fue la víctima mortal, como se aprecia en el clarificador vídeo que el jurado revisó en la primera jornada. «Había estado consumiendo alcohol y estaba embriagado», se excusó Florín, pero «yo no iba a matar a nadie». Este martes se reanuda la vista.