Cae una banda que robó 120 coches en Toledo y Madrid para vender sus piezas en Polonia

Según ha informado este martes en una nota de prensa el instituto armado, los ocho detenidos ( cinco de nacionalidad polaca y los otros tres españoles ) tienen antecedentes policiales y se les acusa de los delitos de organización criminal, robo de vehículos a motor, falsificación de documentos, receptación y atentado a agente de autoridad.

Este último delito fue el que sirvió para que comenzaran las investigaciones, ya que una furgoneta con matrículas dobladas intentó saltarse un control de seguridad ciudadana en la provincia de Ávila y su conductor trató de atropellar a los agentes.

Finalmente, el vehículo fue interceptado en la localidad abulense de Navaluenga, y los agentes encontraron en su interior piezas de más de veinte vehículos, mientras que su conductor, aprovechando la oscuridad, consiguió huir.

A partir de ese momento, las investigaciones de la operación Recesvinto dieron como resultado la localización de una nave de la localidad abulense de Adanero, al norte de la provincia, donde se encontraban trece vehículos robados de las marcas Volkswagen y Seat.

A raíz del descubrimiento de esta nave y la recuperación de los vehículos que había en su interior, los miembros de la organización alquilaron otra en la localidad de Cebreros, situada al este de la provincia, cerca de la Comunidad de Madrid.

Según la Guardia Civil, en estas naves los detenidos cortaban con radiales y aparatos especiales las chapas de identificación de las piezas, así como el número de bastidor de los vehículos con métodos de abrasión, corte y ocultación muy sofisticado, para imposibilitar o dificultar su identificación.

Cuando las piezas estaban limpias y embaladas, un camión procedente de Polonia las recogía para su venta fraudulenta en aquel país, mientras que otros restos eran desviados de forma ilícita a gestores de residuos peligrosos o quemados en la vía pública.

Esta organización, cuyos integrantes adoptaban «múltiples y constantes medidas de seguridad para evitar ser detectados», robaba una media de entre cuatro y seis vehículos por semana , la mayoría en Madrid y Toledo.

En los registros practicados se han localizado numerosas piezas robadas, un camión que iba cargado hacia Polonia, una furgoneta, vehículos robados, varias placas de matrícula dobladas y otras de vehículos sustraídos y ya desaparecidos, así como numerosos aparatos especiales para la sustracción de vehículos.

Igualmente, los agentes se han incautado de sellos para la falsificación de facturas, extractores de bombines, espadines, centralitas para el arranque de vehículos, anuladores de inmovilización de vehículos y llaves falsas.