ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
La palabra imaginada (38): El aspecto de la Diosa
Del libro 'Cuando sonríen'. Editorial Celya. 2019. María Antonia Ricas
La palabra imaginada (37): Admiradas
Fragmento de la figura romana de Diana arcaica, encontrada en Pompeya
Diana arcaizante
I
No está cansada ni mira atrás. Apenas le pesa el quitón, marrón van dick con el que Villarrubia rescata del blanco su ligereza.
Sonríe porque ha cazado o porque le hablan los cachorros del lince, esos niños huraños que saben acariciar a las ... encinas.
Tú dirías: parece humana, pero los dioses ni necesitan levantar el pie para avanzar ni un recuerdo que los confirme, que los repita.
II
Al modo de una joven robusta y sana que, al amanecer, pasa a tu lado en su camino sin distraerse, va absorta con una música secreta.
Un matiz en la manera de mostrar su cuerpo delata que el primer albor se extiende dócil según Ella se mueve: sumisión de la luz prodigando, llevando su nombre y dando nombre a tu mundo.
Marcan su rastro ciervas invisibles. Nunca te miran, no se desvían de la gracia.
III
Concentrada en su arco, tensando el nervio de la cuerda, alzando la púa de la flecha, curvando la guía del aire, lanzando su propósito a un oriente de las cosas porque se hastía de la noche, de la durísima verdad que hierve en la ceguera. Puedes verla: se viste de tostado, trenza su pelo con el primer cántico, emerge de un hielo de silencio, sonríe mientras tanto.
Diana arcaizante. Acuarela de José A. García Villarrubia
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