Fotografiando Polvorines

La muestra, que estará disponible todos los viernes y sábados entre las 19.30 y las 22.30 horas además de los domingos entre las 10.30 y las 13 horas, refleja el «estado ruinoso» en el que se encontraban los inmuebles. Algunos «sin cubierta, con el tejado hundido». Otros, llenos «de pintadas y vandalismo».

Sin embargo, relata Longobardo, había uno de ellos, «el más grande de todos», que estaba «sellado» con «unas enormes puertas de acero que lo mantenían protegido». La sorpresa fue aún más grande cuando el autor volvió por la zona unas semanas después y vio «que las puertas de hierro habían desaparecido».

Así que se coló en el polvorín y descubrió «una imagen que se me quedó grabada: las paredes y el techo estaban tiznados completamente de polvo negro... Al mirar al alto techo quedé estupefacto; se me mostraban grabados en los techos tiznados, las marcas de los únicos habitantes que pudieron acceder al interior: 20 años de los vuelos de los pájaros grabados en secuencia por toda la nave... ‘¡Esto es fotografía!’, me dije ».

Aquel mismo día, Longobardo sacó la cámara y tomó «obsesivamente» cientos de fotografías. El resultado de aquel trabajo es lo que ahora se expone en la Cámara Bufa: un mural de grandes dimensiones, que muestra el interior del polvorín, acompañado de una maqueta y los planos del proyecto que en su día se presentó para rehabilitar el entorno de la Fábrica de Armas.

La exposición es posible gracias al certamen «Impulsarte», organizada por el Ayuntamiento de Toledo y la asociación Apolo, que da la oportunidad a jóvenes artistas de la ciudad de exponer su obra en «un espacio único» como es la Cámara Bufa.