Jesús Corroto: «Se trata de que en el Casco haya un equilibrio entre visitantes y residentes»

En este loable objetivo, a finales del mes pasado el Consorcio acordó la selección de dos edificios en desuso y sin habitar para redactar los proyectos de rehabilitación y acometer luego las obras, con el fin de ofrecer nuevas viviendas para residentes en el barrio antiguo. En suma, con ello se busca evitar que los edificios colindantes se vean afectados y así mejorar la habitabilidad del entorno y las condiciones de vida de los vecinos.

Toledo, según señala Corroto, tiene en esta zona unos 250 edificios abandonados, muchos de ellos de un gran valor patrimonial, y en esta ocasión el Consorcio ha conseguido poner a disposición dos nuevos entre un total de nueve edificios que se analizaron.

En los dos escogidos ahora, uno situado en el callejón de San Pedro y otro en el callejón Niños Hermosos, se tiene previsto construir un total de 21 viviendas, siete en el primero y 14 en el segundo. En la selección realizada, el del callejón de San Pedro obtuvo la mejor puntuación, seguido del de Niños Hermosos, y los otros siete que quedaron fuera se podrán volver a presentar para otra futura promoción.

El primero es un edificio de alto valor patrimonial, una de las señas de identidad del Consorcio, y cuenta entre sus joyas con una cúpula elíptica del siglo XVI, policromada y decorada con pinturas de escenas religiosas sobre un fondo de decoración vegetal.

En el caso del segundo se trata de un inmueble, ubicado en el entorno del Alcázar, integrado por dos casas patio con un artesonado policromado también de relevancia histórica.

Esta iniciativa responde a la pionera línea de ayudas a la rehabilitación de viviendas iniciada por el Consorcio para fijar y atraer nueva población en el Casco Histórico.

Los criterios de valoración para elegir los beneficiarios de las ayudas son el valor patrimonial del inmueble, su estado de conservación, los sectores del Casco más abandonados, el número de viviendas que tenga y el coeficiente de cesión del edificio.

Una vez seleccionados los edificios, ahora se establece un proceso que empieza con la licitación del proyecto entre los estudios de arquitectura y a continuación se seleccionan los planos con las inmobiliarias que se encargarán de la ejecución de las viviendas y que contarán con una aportación del 20 por ciento en el coste de construcción por parte del Consorcio, que incluye Ayuntamiento y Junta.

El Consorcio dispone de una partida de 120.000 euros que se distribuirán en los proyectos de los dos edificios seleccionados. En concreto, 48.972 euros irán destinados a redactar el relativo al inmueble situado en el callejón de San Pedro y 71.028 euros para otro ubicado en el callejón de Niños Hermosos.

En la actualidad se están redactando los pliegos de condiciones para luego convocar el concurso público para la ejecución de los proyectos de arquitectura, arqueología y restauración acorde con los criterios de la Nueva Bauhaus Europea. Esta actuación asciende aproximadamente a algo más de un millón de euros en el primer caso y dos millones de euros en el segundo.

El objetivo es conseguir un precio de coste tipo cooperativa, en un trabajo de forma conjunta entre administración y privados. En este sentido, Corroto señala que el objetivo es establecer un precio del metro cuadrado finalista que sea ligeramente superior a los 2.000 euros.

Además, hay que tener en cuenta la contraprestación para la propiedad del edificio, aspecto en el que Corroto ha destacado la buena disposición de algunos de los propietarios a la hora de firmar la operación, al preferir el acuerdo con el Consorcio ante que la venta particular.

En este objetivo primordial de procurar aportar población al Casco Histórico de Toledo para evitar el predominio de los apartamentos turísticos, el Consorcio establece unas condiciones inexcusables para poder optar y acceder a estas viviendas, entre las que destaca el tener 20 años de empadronamiento en la ciudad. En el caso de las ayudas y acceso al alquiler se precisa que sea de larga duración constando que no se trata de apartamentos o viviendas turísticas.

«Lo que pretendemos es despertar el interés de vida en el Casco Histórico, bien entre gente joven o mayor, pero que quieran venir y vivir aquí. En definitiva, alcanzar un equilibrio entre el número de visitantes y el de residentes», asegura Jesús Corroto.