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ARTES&LETRAS

El más grande de los reyes poetas

«Las Cántigas de Santa María de Alfonso X contienen el repertorio lírico musical más importante de la Europa del medievo»

Retrato de Alfonso X El Sabio

POR MARI CRUZ MAGDALENO

En el Alficén toledano, la zona más elevada de la ciudad, donde las distintas civilizaciones que la ocuparon establecieron sus fortificaciones y sus palacios, nació Alfonso X . Corría el año 1221 en el Palacio de Galiana. Hablamos del rey cristiano que fuera Sabio gracias a que la suerte, que es una moneda de doble cara, le dio en sabiduría lo que le quitó en gobernanza. Y no es que gobernara poco: fue rey de Castilla y León , convertido su reino de repente en una potencia mundial, y conquistó y repobló varios enclaves musulmanes. Pero su gran obsesión, ser rey de Reyes, ser emperador del Sacro Imperio Romano Germánico no fue posible . A pesar de ser elegido, el Papa se lo denegó finalmente, habiéndose gastado mucho tiempo y dinero, los suficientes para enfadar a la familia, a la nobleza y a la propia Iglesia, provocando en el reino guerras intestinas, tensiones varias y un mar de murmuraciones.

El fracaso en el empeño le hizo replegarse en la Corte y dedicarse a recopilar y traducir todo el saber en la emblemática Escuela de Traductores de Toledo . Allí reunió sabios de todas las disciplinas: derecho literatura, música, astronomía, historia, educación, juegos; todas las lenguas: hebreo, árabe, latín; y todas las culturas: judíos, musulmanes y cristianos. Se trataba de que pusieran en común sus textos y los tradujeran no sólo al latín como se había hecho hasta entonces sino al castellano, la lengua romance que el rey institucionalizó hasta convertirla en oficial pasando así de vulgar a erudita. Gracias a su creatividad sentó las bases de la historia del Reino de Castilla y de su grandeza cultural.

Las Cántigas de Santa María (exposición Museo de Santa Cruz de Toledo=

Y es que no es lo mismo la obsesión, algo enfermizo que tiene que ver con el ego, que el respeto y el deber, algo venerable que tiene que ver con lo que aportas al mundo que te rodea; que el placer, algo que te salva y que tiene que ver con la vocación y el desarrollo personal. Si su ego no se vio del todo satisfecho porque no llegó a ser emperador, sí su mundo y sí su vocación. A su mundo contribuyó dotando al reino de una obra histórica, administrativa, organizativa y legislativa con una intención unificadora que le hizo ser el primer rey medieval que tuvo una visión de España . Y fue grande su legado si bien su gobernanza levantó ampollas entre los nobles, las ciudades y la iglesia sujetos pasivos de fueros y privilegios locales que no querían admitir los cambios, sobre todo en la Hacienda.

Alfonso X fue un rey reflexivo, creativo, inteligente, en su asumido papel de Rey como intercesor de los designios de Dios para su reino, siendo muy criticado por ello. Lapidaria es la frase del jesuita Juan de Mariana (s XVI) sobre su figura: «meditando sobre las estrellas, perdió la tierra». Él mismo se retrató en estas palabras: «las conquistas habían llegado lejos me tocó ordenar jurisdicciones con donadíos y repoblaciones, regular señoríos y concejos. Todo esto abochornó mi inteligencia, yo estaba hecho para la poesía, para el placer de la filosofía, del arte, de la historia, de la ciencia y para estudiar la infinita astronomía».

«Yo estaba hecho para la poesía» . Esa fue su vocación y la desarrolló haciendo lo que más le gustaba, lo que amaba y lo que le salvaba: componer poesía, pero también música. Y fue tanta su pericia en mandar hacerlo y en hacerlo él mismo que dejó para el legado de la Historia Universal el summum de las artes - poesía, música y pintura en miniaturas narrativas - en una obra que es el cancionero más rico de la Edad Media: Las Cántigas de Santa María . También fue poeta profano pero las cántigas marianas son su obra personal más impresionante, realizadas con un cuidado exquisito, escritas en la lengua que aprendió de niño cuando le cuidaron sus ayos en Galicia: el galaico portugués, mucho más prestigiado y refinado por aquel entonces que el castellano. Se las dedicó a la gran Señora del medievo, la Virgen María , acicate de catedrales góticas de la época: Burgos, Toledo, León. Él, que amó a muchas mujeres y tuvo varios hijos bastardos, antes y después de casado, las cambió a todas, avanzada su vida, por sólo una, la «Dama entre las Damas», la «Rosa entre las Rosas», la Virgen María: «Si no logro por nada su amor, doy al diablo los demás amores».

Fueron 427 cántigas a Santa María las que salieron de su Scriptorium . Los investigadores concluyen sobre su autoría, que unas 30, sobre todo las más personales, pertenecen en exclusiva a la pluma del rey. Se conservan 4 códices: el Toledano, el Rico, el de Florencia y el de los Músicos . El códice Rico, procedente de la Biblioteca de El Escorial, destaca por sus iluminaciones y gran número de cántigas. En minúsculas escenas narrativas, como si de un cómic se tratara, retrata a todo tipo de gentes desempeñando multitud de oficios, personajes de vida santa y disoluta, mujeres de toda condición ataviadas con la moda del momento y los niños y sus juegos, todo ello en escenas tanto de calle como de interiores. Es el más destacado en la exposición del Museo de Santa Cruz de Toledo 'Alfonso X el Sabio; el legado de un rey precursor' . A su izquierda el de Florencia, el último e inacabado debido a los avatares del rey al final de su vida, importante precisamente por eso, para conocer cómo se elaboraron las cántigas A su derecha, el Toledano. El de los Músicos que se encuentra en El Escorial sólo tiene iluminaciones de músicos, y sus instrumentos – cuyas réplicas hermosísimas también se exponen en el Santa Cruz de Toledo-.

Pero el Toledano - se emocionarán al verlo- es mi preferido porque es el nuestro, el que ha estado durante cientos de años en la Biblioteca Capitular de la Catedral , y además porque es el único original expuesto, los otros dos son facsímiles. Perteneció a la Catedral de Toledo hasta 1869 en que pasó a la Biblioteca Nacional . El modo en que lo hizo a causa del proceso de desamortización que sufrió la Iglesia durante el Sexenio Revolucionario da para otro artículo. A la Catedral de Toledo se le incautaron mediante Decreto y con inmediata intervención de Ministerio de Fomento, Gobierno Civil e incluso Policía, numerosos «objetos de arte y ciencia», entre ellos el Códice de las Cántigas de Santa María. Con la posterior instauración de la monarquía de Alfonso XII se ordenó la devolución de lo incautado, pero muchas cosas nunca volvieron, tampoco las Cántiga s. Gracias a Patrimonio de la Catedral por facilitarme el acceso al documento 'Fondos Desamortizados en los Archivos Capitulares' de Fernández Collado y Lop Otín.

El códice Toledano es una copia manuscrita del original, escrito en letra francesa del siglo XIII con bellísimas letras de inicio capitales. Recoge las 100 primeras cántigas salidas del Scriptorium del rey. Son 100 poemas con sus 100 partituras para ser cantadas con acompañamiento instrumental . Pero carece de iluminaciones. En él las cántigas están numeradas en romanos y las decenales son de alabanza a la Virgen, de loor, mientras que las demás narran sus milagros. Visionada como defensora de desvalidos y pecadores, en ocasiones los poemas resultan asombrosos como cuando la Virgen le realizó una cesárea a una abadesa antes de que la inspeccionase el señor Arzobispo por que se rumoreaba que estaba embarazada. Eso sí, también se encargó la Virgen de que el niño fuese acogido por una familia cristiana.

En las Cántigas de Santa María el rey desnuda sus emociones, hablando de sí mismo y de sus cuitas , haciéndonos partícipes de los acontecimientos de su vida, las dificultades políticas - el avance de los franceses por el norte y de los benimerines por el sur, la muerte temprana de su heredero Fernando de la Cerda que provocó una guerra sucesoria, la traición de hijo Sancho IV y la huida de su esposa Violante al Reino de Aragón, la imposibilidad de ser emperador, el levantamiento de nobles y ciudades-. También se duele de sus enfermedades y sus depresiones, se lamenta de sus ataques de ira , desvela sus deseos, comparte sus alegrías y nos da cuenta de sus éxitos y sus fracasos. O nos recrea con aspectos triviales de su vida cotidiana como el juego con una comadreja que tenía de mascota o su preferencia por el 7 como número fetiche. Menciona a sus padres, Fernando III el Santo y la culta Beatriz de Suabia, prima hermana del emperador del Sacro Imperio Federico II. O a su hermano el infante Don Fadrique – al que mandó matar-.

Las cántigas son la joya de su corona, y tan poderosas que envió a buscarlas una vez que cayó enfermo en Vitoria, consiguiendo la curación tras ponérselas encima. Días antes de su muerte testó que fueran depositadas en la iglesia donde fuese enterrado. Los códices que conocemos, menos el Toledano, permanecieron en la Catedral de Sevilla durante años, donde murió (1284) y fue enterrado - su cuerpo porque su corazón y vísceras están en Murcia -, pero finalmente su destino fue otro. Lo que importa es que las Cántigas de Santa María del rey toledano contienen el repertorio lírico musical más importante de la Europa del medievo. Robert I. Borns, un estudioso jesuita estadounidense medievalista que hizo un trabajo sobre la proyección en América del legado cultural del rey sabio diría de su autor: «ningún otro rey medieval, ni tan siquiera su pariente el Hohenstaufen emperador Federico II -gran protector de la ciencia y la cultura - pudo jactarse de una obra de creación tan extensa y elevada. Los que conocen la lírica de Alfonso X, la seglar y la mariana, lo consideran el más grande de los reyes poetas».

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