'La Bellezza': de la mirada al cuadro
José Antonio Alarcón expone su pintura reciente en el centro San Sebastián de la Roda hasta el 28 de diciembre
Por ANTONIO LÁZARO
TOLEDO
Viajé a La Roda en primavera para asistir a la inauguración de la exposición del gran pintor rodense Antonio Carrilero y, hace unas semanas, volví para visitar el atelier de José Antonio Alarcón, pintor en activo, que prosigue y renueva la gran tradición ... de realismo innovador que caracteriza a buena parte de la pintura castellano-manchega contemporánea.
Tal parece que el arte es el reclamo que me une a esta encantadora ciudad albacetense, cumpliendo el lema que su activo alcalde, Juan Ramón Amores, quiere para el lugar cuyo destino gestiona. Con su histórica y bien castiza Posada del Sol recuperada como centro expositivo y cultural y sede de una sección estable dedicada a Carrilero, la iglesia desacralizada de San Sebastián ofrece un magnífico, amplísimo espacio para exposiciones de gran formato.
Como esta Bellezza, así a la italiana, con dos zetas, con que Alarcón agasaja a sus espectadores prácticamente hasta el fin de año. Los óleos de este artista se acercan desde la minuciosidad al virtuosismo. Su clave parece radicar en la mirada tanto como en el pincel y la paleta. Es el paisaje, mejor diríanse paisajes, lo que interesa casi en exclusiva al pintor. Sin discriminaciones: ennobleciendo unas matas de hierbas rastreras, cuyo movimiento perfectamente captado adquiere tintes sinfónicos, o recogiendo la majestuosidad de las septentrionales hayas. Alarcón pinta su tierra manchega pero frecuenta también otras latitudes: montañas, bosques, marinas. Su tributo a la belleza no admite corsés, fronteras ni terruñismo. Pero su pintura conecta con la línea estética que, con el gran Benjamín Palencia como hilo conductor, caracteriza a buena parte de la mejor producción artística en y de la Región a lo largo del siglo XX y lo que llevamos del XXI.
Fiesta de la pintura esta exposición, para la que bien vale la pena salirse de la autovía y adentrarse en el hospitalario callejero de La Roda. La actitud zen del pintor: su incesante contemplación que atrapa todos los matices (luz, color, movimiento) del instante sobre el espacio recreado, ese parar el tiempo, impregna de magia unos paisajes que transmiten así toda la autenticidad de su belleza. Y sí, es tanta, que ahora podemos duplicar la zeta. A la italiana, otra cuna, como España, como Castilla-La Mancha, del mejor arte.
En un saluda intitulado «Terapia visual», que abre el catálogo de la muestra, Juan Ramón Amores, alcalde de La Roda, escribe: «A través de sus lienzos nos recuerda que la belleza sigue siendo un refugio y una certeza, un lugar donde la cultura se encuentra con la emoción».
Un colega pintor, Julio Segura, escribe sobre el artista rodense: «Es difícil apartar la vista de un lienzo que grita con desgarro el silencio».
Y en su texto, el crítico Ramón Moya: «Solo un médium como el artista comprende el lenguaje de la naturaleza, se comunica con ella a través de sus pinceladas, sueltas pero deliberadas; emite con la luz, el color y las sombras. Además recibe y crea a partir de la composición armoniosa de la perspectiva y las texturas, hasta llegar a formar parte de ella en un máximo exponente del concepto de comunión».
He disfrutado con la contemplación de estos cuadros, que tienen detrás de ellos tantos días, horas, instantes de contemplación, de recreación mental, de proyección y recuerdo. Lo natural se transmuta en magia y es ahí donde surge la chispa de la belleza, como en el chasquido de dos pedernales. Se percibe la pasión, una vida consagrada en cuerpo y alma a la creación pictórica. Quisiera destacar tres cuadros de esta exposición que me han conmovido y removido especialmente (cada quien tendrá los suyos): la tormenta majestuosa abatiéndose sobre la perrilla Luna, La Danza (viento y hierba), insuperable captación del fluir de la naturaleza, y Libertad (cielo de verano), en que la figuración extrema acaricia los dedos de un ascetismo abstracto.
Qué mejor que unos versos de José Antonio Alarcón para cerrar este artículo:
«Ese viento que perfila a su manera
su gemido, que se filtra por las puertas.
¿Quién puede explicar tanta belleza?»
Escritor conquense radicado en Toledo. Gestor cultural. Autor de novelas como 'El club Lovecraft', 'Memorias de un hombre de palo', 'Los años dorados' o 'La cruz de los ángeles'. Colaborador del Diario ABC.
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