Ya nadie se acuerda de los reyes godos
La Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas ha lanzado una propuesta al Ayuntamiento para que reubique las estatuas de los reyes godos y de la Reconquista que se encuentran diseminadas en varios puntos de la ciudad. Independientemente de la idoneidad de la iniciativa, un vistazo a las diferentes piezas revela su considerable deterioro.
Fue el académico Luis Alba González el promotor de la idea, ratificada por la Real de Bellas Artes, de sugerir al Ayuntamiento la instalación de las estatuas de seis reyes toledanos diseminados en el paseo de la Vega, Sisebuto, la puerta de Bisagra y Recaredo.
Como publicó recientemente este periódico, las piezas fueron talladas en el siglo XVIII con la intención de que embelleciesen la plaza de la Armería y el puente de Toledo en Madrid, pero en el año 1787 fueron regaladas a la Ciudad Imperial.
La Academia propone que las estatuas se coloquen en la carretera de Madrid, en las cercanías de la puerta de Bisagra. De esta manera se embellecería el principal acceso a la ciudad, sobre el que se proyecta, además, el derribo del Palacio del Automóvil y la construcción de un centro de recepción de turistas.
CIUDAD PATRIMONIO
Es evidente que cualquier propuesta que afecte a una ciudad Patrimonio de la Humanidad siempre va a suscitar debate, ya que son los propios ciudadanos los encargados de conservar la riqueza-histórico-artística y de decidir, tras la discusión, lo mejor para la urbe. Por tanto, habrá gente que no comparta la medida de la Academia y otros que la apoyen con tesón.
No obstante, lo que sí es un hecho objetivo y preocupante es el abandono que de que son objeto, sufriendo las inclemencias del tiempo y la intemperie. Solamente la de Alfonso VII ha sido restaurada recientemente por la Escuela Taller y luce un aspecto más saludable, dentro de las considerables mutilaciones que arrastra.
Pero la que presenta un lamentable estado es Wamba. La estatua del rey godo, situada en el paseo de la Vega, justo enfrente de Alfonso VII, está prácticamente desdibujada por efecto de la contaminación, las deposiciones orgánicas, las inclemencias meteorológicas etc.
Tampoco están mucho mejor las piezas que representan a Sisebuto, en el paseo que lleva su nombre, y Alfonso VIII, en la Vega. Las dos restantes, Sisenando, en el paseo de Recaredo, y Alfonso VI, en el acceso para vehículos de la puerta de Bisagra, mantienen un nivel de conservación aceptable, aunque también tienen importantes desperfectos.
LA ROTONDA DE BISAGRA
La Academia también pedirá al Consistorio que cambie la estatua que Carlos V, situada en el patio de armas de la puerta de Bisagra. La obra fue especialmente maltratada por actos vandálicos cuando la citada puerta era el acceso más común al Casco para los peatones. Ahora, aunque no es un objetivo tan claro para los gamberros, necesita un lavado de cara que mejore su imagen. La pretensión de la Academia es que se coloque en la rotonda ajardinada de Bisagra.
En cualquier caso, la propuesta ha servido para llamar la atención sobre el estado de las estatuas y, por extensión, del tratamiento que en la ciudad se le dan a estos ornamentos urbanos, pues todo el mundo recuerda, por ejemplo, el incomprensible abandono que sufre la escultura de Chillida, actualmente arrinconada en la puerta vieja de Bisagra.
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