Las 'amistades' peligrosas de las redes sociales: le robó joyas en su casa el primer día que quedaron para comer

Se trata de un español de 45 años sin antecedentes policiales que, como su víctima, reside también en la capital de Castilla-La Mancha. Ha sido detenido por la Policía Nacional como el presunto autor de un delito de hurto, porque el de robo debe ser cometido con violencia o con fuerza. Se apropió de objetos valorados en 3.315 euros durante los quince días que duró su relación sentimental, por lo que ha sido condenado a 8 meses de prisión.

Facebook los une el 31 de enero. Él le dice que ha visto su fotografía en su perfil y que le parece una persona guapa y atractiva. «Me gustaría quedar», propone a su futura víctima. Entonces se intercambian los números de teléfonos y comienzan a enviarse mensajes y fotografías a través de WhatsApp. Tal es la conexión afectiva que deciden verse personalmente al día siguiente y sucesivos .

A ella, también española, le parece un hombre agradable y amable, que llega a 'autoinvitarse' a comer en casa de la mujer. Ella acepta y al día siguiente comen juntos. Es el jueves 4 de febrero. Pero no será la única ocasión; quedan otras cuatro veces más.

El día de la última visita, el viernes 12, él le pide dinero para hacer un viaje a una provincia española, ella se niega a prestárselo y dejan de hablarse definitivamente el 15. Pero, diez días después, ella descubre que le faltan joyas del joyero que tiene en su dormitorio -pendientes, colgantes y anillos-, además de un reloj, una videconsola con varios juegos y el poco dinero que la mujer llevaba en su monedero. Intenta ponerse en contacto con el hombre, que ya no responde a los mensajes por WhatsApp.

La mujer presenta una denuncia en la comisaría de la Policía Nacional en Toledo y cuenta a los agentes que sus sospechas se centran en su 'amigo' de Facebook . Cree que aprovechaba para quitarle sus joyas mientras él se quedaba solo en la vivienda y ella bajaba a pasear a su perro.

Los policías al frente de esta investigación averiguan la joyería donde había vendido las joyas. Constatan que, el día 5 -horas después de haber comido por primera vez en la casa de su víctima-, el hombre había realizado la primera transacción y que tres días después, el 8, volvió a vender más joyas.

El sospechoso es citado en la comisaría el 2 de marzo, pero alega que está a la espera de una prueba PCR para detectar COVID-19. Sin embargo, los agentes averiguan que es mentira y es citado nuevamente dos días más tarde. El día 4, después de comparecer, los policías lo detienen.

Este martes, pasó a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Toledo, que estaba de guardia. En un juicio rápido, reconoció los hechos y se dictó una sentencia de conformidad, que es firme : ocho meses y dos días de prisión por un delito de hurto, además del pago de una indemnización por el valor de las joyas robadas. La pena de cárcel queda suspendida con la condición de que el condenado no delinca en un plazo de dos años, según informó a ABC el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha.