Relevo en Proyecto Hombre Castilla-La Mancha, con nuevo plan estratégico contra las adicciones

Sustituirá a Salgado la psicóloga Elena Carrizo Martín, que se pondrá así al frente de una organización que cuenta con cerca de 500 usuarios al año que son atendidos en las dos comunidades terapéuticas de Guadalajara (una específica para gente con problemas de alcohol y otra para todo tipo de sustancias) y centros de día en cada una de las provincias de la región.

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Carrizo comenzó muy joven a trabajar en Proyecto Hombre, recién salida de la universidad y tras ser 'fichada' por Modesto Salgado, que seguirá vinculado a la ONG como presidente de la Fundación. «Llevamos los dos desde el mes de enero haciendo el relevo de forma gradual, trabajando en la dirección hasta que yo asuma la coordinación terapéutica, el personal y la infraestructura», explica a ABC Carrizo, que, pese a conocer perfectamente la ONG al haber trabajado en ella desde el principio -«es como mi casa»-, no por ello deja de ser para ella «un «reto importante y un gran orgullo que te nombren directora general».

A partir de ahora, deberá asumir los cambios y los proyectos de futuro de una forma más directa, y gestionar el aumento de mujeres usuarias de Proyecto Hombre en los últimos tiempos. «Uno de los objetivos que estamos elaborando para este plan de futuro es el trabajo de género, que ahora está tan en boga, aunque nosotros llevamos trabajando de forma especial y específica con las mujeres desde que abrimos».

Este programa específico para mujeres con niños, que se abrió hace 20 años, fue algo totalmente innovador en España y ha conseguido un gran éxito. «Son muy pocos los centros que hay para madres con niños y aquí está funcionando muy bien y ya está consolidado», añade. Se trata de un centro centrado totalmente en la mujer, con grupos especiales donde la terapeuta es también mujer, sin descartar por ello a los hombres, con los que se aborda el problema de género con la creación de grupos de nuevas masculinidades. «Ellos también tienen problemas a la hora de convivir con estos cambios, pero hay viviencias que para las mujeres son más difíciles de contar si hay hombres delante, se sienten mucho más juzgadas; entonces, los grupos son separados», dice la psicóloga.

Desde que Elena Carrizo comenzó a trabajar en este campo se ha producido «un cambio radical» en el mundo de las adicciones. «Cuando empezamos en los años 90, el perfil que había era de gente adicta a la heroína, con muchos problemas de VIH, y muy deteriorada físicamente».

Ahora, es muy diferente. Los usuarios de Proyecto Hombre son mucho más consumidores de cocaína, de alcohol y cannabis, y la marginalidad de antes ha desaparecido transformándose en una vida más estructurada puesto que tienen su trabajo, vida familiar y una adicción no tan rápida. «Ahora la adicción tarda más en aparecer y tienen más años de consumo, mientras que aumenta el deterioro mental; su adicción afecta mucho más a nivel psiquiátrico y genera muchas más patologías mentales».

Con la creación hace cuatro lustros de los programas ambulatorios se ha dado cabida también en los últimos tiempos a mujeres con problemas de adicción a la cocaína y al alcohol, mujeres que tienen su familia y que acuden a los grupos ambulatorios mientras que continúan con su vida normal. Antes, este colectivo no tenía tanto acceso a Proyecto Hombre.

«Ahora también estamos intentando generar grupos para mujeres más de mediana edad, con unos consumos más normalizados, dentro de casa, de alcohol y de pastillas, pero que realmente tienen una adicción importante, y cuesta mucho más detectarlas. Son mujeres que están un poco invisibilizadas en la sociedad, que están muy solas en casa cuando los hijos se van y el marido está en el trabajo. Por ello beben mucho alcohol y toman muchas pastillas porque no pueden dormir; es una adicción que cada vez aumenta más pero que ellas aceptan, dicen que no es para tanto, que es normal». Detrás de este intento de normalizar el consumo subyace un enorme problema de soledad y baja autoestima. «Se pasan el día solas en casa, no tienen un trabajo y ya no se sienten bien cuidando de los demás, porque los demás desaparecen y esa sensación de soledad y de vacío muchas veces cuesta un tremendo esfuerzo llenarlo», afirma Carrizo. Tristes, solas, muchas mujeres recurren a la medicación y al alcohol y se sumen en la depresión y la ansiedad. Entonces, las pastillas mezcladas con los fármacos les origina una gran dependencia

Proyecto Hombre también atiende las nuevas dependencias, llamadas adicciones sin sustancia o comportamentales, que se sitúan en el campo de los videojuegos, el juego patológico, con efectos similares a los de las drogas. «Lo se que busca es lo mismo, una recompensa inmediata, un sentirte bien rápidamente, un evadirte de las problemas y las situaciones en lugar de bebiendo o tomando cocaína, echando a la máquina o con los videojuegos», explica Elena Carrizo.

¿Por qué uno consume droga; a qué dificultades se enfrentan las personas para recurrir a ella? «Al final, es una forma de escapar, da igual que la droga sea una sustancia o un videojuego. Si a un chaval jovencito le cuesta relacionarse con los demás, con los videojuegos puede hacerlo, y encima gana, es el campeón, y consigue un estatus que en la vida normal no tiene. Hay un problema en los jóvenes de ahora que es el deseo de la recompensa inmediata, que todo vaya a muchísima velocidad, como en TikTok, que pasas el vídeo si no te gusta en tres segundos y no disfrutas de lo que tienes a tu alrededor, de lo que te da la vida».

El plan estratégico que está elaborando actualmente Proyecto Hombre Castilla-La Mancha tiene tres líneas fundamentales: el trabajo de género y mujeres; la prevención escolar con jóvenes que ya están iniciando el consumo, y la salud mental, la patología dual que va en aumento. «Cada vez hay más gente que consume y tiene problemas mentales».

Para finalizar, Elena Carrizo dedica unas palabras a Modesto Salgado: «es un máquina -dice-, una persona con muchísimo entusiasmo y fuerza, muy luchador y con una habilidad especial de cercanía con la gente. Es conocerle, y quererle».