Page denuncia que el trasvase Tajo-Segura fue «un fraude desde el origen» y defiende la desalación como alternativa «viable y sostenible»
El presidente de Castilla-La Mancha asegura que si se pusiera en marcha toda la capacidad de desalación instalada, «el trasvase sería absolutamente innecesario«
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Iniciar sesiónEl presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha calificado el trasvase Tajo-Segura como «un fraude desde el primer momento», tanto por su planteamiento técnico como por su modelo financiero y su impacto ambiental y económico. En su intervención, en el foro ' ... La España Vertebrada', organizado por el diario El Mundo, recordó que los primeros proyectos datan de la dictadura de Primo de Rivera y que fueron posteriormente desarrollados por la República y por el régimen de Franco, aunque no se ejecutaron hasta 1971.
Page aseguró que el trasvase «nunca se amortizó realmente» y que los españoles pagaron «a una banca alemana un dineral» sobre la base de unos cálculos irreales. «Se vendió que la obra costaría mucho menos de lo que acabó costando y que serviría para objetivos que nunca se cumplieron», afirmó.
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Asimismo, denunció que el volumen de agua previsto inicialmente «jamás ha sido real» y que, sin embargo, se ha trasvasado «más del triple de lo que la ley contemplaba». En este sentido, señaló que el trasvase ha generado «una auténtica industria del agua», con intereses económicos en torno a cada gota trasvasada, lo que complica su reforma o eliminación.
El presidente castellano-manchego defendió que hoy existen alternativas técnicas y sostenibles para asegurar el suministro sin necesidad de trasvasar agua entre cuencas. «España ha invertido más de 600 millones de euros en desaladoras, y es una inmoralidad que muchas estén funcionando a medio rendimiento o incluso paradas», subrayó.
Page insistió en que si se pusiera en marcha toda la capacidad de desalación instalada, «el trasvase sería absolutamente innecesario». Y añadió: «Si el agua desalada es más cara, debatamos con el Estado el precio del metro cúbico, porque el agua del trasvase la estamos pagando entre todos los españoles. Es prácticamente regalada».
También incidió en la contradicción de que «el ciudadano paga más cara el agua allí donde se origina que a 300 kilómetros de distancia», y defendió que la desalación es «la alternativa por la que apuesta Europa y el camino hacia el que va el mundo entero, con técnicas eficientes y sostenibles».
El presidente quiso dejar claro que Castilla-La Mancha no plantea suprimir el trasvase para comprometer el consumo humano o turístico. «Eso no está en discusión. Lo que sí cuestionamos es la sobreexplotación del agua para regadíos industriales, muy alejados de la huerta tradicional. Se están aterrazando montañas peladas y elevando agua a zonas que nunca fueron cultivables. Clama al cielo».
Finalizó asegurando que la posición de Castilla-La Mancha es «moderada y responsable», pero basada en la justicia medioambiental, la sostenibilidad y la defensa del río Tajo como patrimonio natural y recurso estratégico para la región.
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