Sánchez tolera los ataques a Juan Carlos I para no enfrentarse a Podemos

Elogia a Felipe VI y pone en valor su «compromiso» con la «actualización y transparencia» de la Casa Real

El Rey recibe ayer en Marivent a Pedro Sánchez REUTERS | Vídeo: EP

La figura de Juan Carlos I monopolizó la comparecencia que Pedro Sánchez concedió ayer después del tradicional despacho de verano que el Rey mantiene cada año con el presidente del Gobierno en el Palacio de Marivent, en Palma.

La fecha de ayer era ... muy señalada, ya que coincidió con el aniversario de la llegada del padre de Don Felipe a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos). Para Sánchez era fácil intuir que el grueso de las preguntas −solo se admitieron tres intervenciones− iría por ahí. Se limitó a seguir un guión de respuestas donde los mensajes tenían que ser claros: su respaldo a Felipe VI y a la institución que representa , no hablar de la vuelta de Don Juan Carlos a España y evitar mencionar a la ministra Ione Belarra para no desautorizar a Unidas Podemos, su socio de Gobierno.

Consciente de que ya tenía un pie en La Mareta, su residencia oficial en Lanzarote, Pedro Sánchez no quería meterse en líos . Optó por un perfil bajo de cara a la prensa. Parecía tranquilo y se limitó a mantener la posición, sin alterar su comunicación no verbal. Así, Sánchez declaró que durante su reunión con el Rey, que duró una hora y quince minutos, no había hablado con él sobre la situación de su padre y no contestó a la pregunta donde se le planteó la posible vuelta de Juan Carlos I a España . «El Gobierno está comprometido con las instituciones, con todas las instituciones, y valoramos muy positivamente la actuación que ha desplegado el Rey a lo largo de su reinado en favor de la actualización y la transparencia de la Casa Real», afirmó Sánchez.

No aclaró cuando podría regresar a España Don Juan Carlos por lo que, ante una respuesta que no tenía nada que ver con la pregunta, se reformuló. Y para hacerlo, salieron a relucir unos mensajes en Twitter de primera hora de la mañana de la secretaria general de Podemos, Ione Belarra. La también ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 acusaba en esta red social a Juan Carlos I de mantener una «actitud indigna» en el año de la pandemia, en el que protagonizó, según ella, una «huida» a Abu Dabi mientras se conocían «cuentas ocultas en paraísos fiscales, fortunas de dudoso origen» y «posibles vínculos con el tráfico de armas». «Escándalo tras escándalo de corrupción e impunidad», publicó la líder del partido con el que gobierna Sánchez.

Pasó de puntillas

Sánchez ni se inmutó cuando los periodistas mencionaron la publicación de Belarra. En ningún momento tensó la mandíbula. En su discurso inicial, ya había hablado de las cifras del paro y de las de vacunación y acabababa de ofrecer unas declaraciones donde mostraba su respaldo absoluto a Don Felipe , por lo que entendió que ya había cumplido.

Con el desgaste de los últimos meses −con una crisis de Gobierno incluida−, parecía como si en la cabeza del presidente hubiera unas manecillas que ya habían programado una cuenta atrás para sus vacaciones. Así, cuando Belarra se coló en la rueda de prensa, Sánchez se limitó a seguir la estrategia que siempre pensó que le funcionaba con Pablo Iglesias: dejó claro que no se mete en las opiniones de sus colegas de Gobierno. Que la ideología de Unidas Podemos no le importa, pese a que dirige el país con ellos.

Dos equipos en el Gobierno

Sánchez marcó otra vez distancias con Unidas Podemos. Esbozó los dos equipos que hay en su Gobierno y deslizó que uno no influye en el otro; que toman decisiones juntos, pero no revueltos. Y que cada uno puede decir lo que quiera. Así lo decía también −dos horas antes, en Madrid−, la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez , que había resumido con una frase tajante lo que Sánchez estaba intentando decir: «Cada ministro es responsable de sus declaraciones». Por eso, quizá, Sánchez no desautorizó a Belarra. Una actitud que, según se mire, puede ser bastante cuestionable.

«Lo que les he dicho, el Gobierno está comprometido con todas y cada una de las instituciones constitucionales. Nosotros lo que hacemos es valorar muy positivamente ese ejercicio de transparencia, de actualización que a lo largo de su reinado, Felipe VI ha venido desarrollando en la Corona», volvió a contestar Sánchez.

El presidente evitó en esta segunda pregunta mencionar a Ione Belarra, como en la primera tampoco hizo referencia a Juan Carlos I. El hecho de que prefiriese no opinar sobre los tuits de Belarra también induce a pensar que Sánchez no entró a valorarlos porque piensa lo mismo que la líder de Podemos.

Cambio en doce meses

Aprovechó para afirmar que en los últimos doce meses, desde el anterior despacho en Marivent, «han cambiado muchas cosas» . La situación en España se ha modificado mucho -«a mejor, fruto del esfuerzo común de actores privados y públicos»-, pero no lo ha hecho su «compromiso con las instituciones constitucionales, todas, de la primera a la última».

Elogió otra vez al Rey y le agradeció «su acogida, disponibilidad siempre, compromiso con el país y cercanía»: «Por su interés por conocer de primera mano todas las cuestiones que se aprueban en el Consejo de Ministros y que afectan al conjunto de la población española».

Aunque ayer se cumplió un año desde que el padre de Don Felipe se instaló en Abu Dabi, fue catorce días después (el 17 de agosto de 2020) cuando a través de la Casa de Su Majestad el Rey, Don Juan Carlos informó de manera oficial de su salida de España. Lo hizo a través de un breve comunicado que ponía fin a las especulaciones de su paradero del cual informó previamente ABC el 7 de agosto.

En ese documento, Don Juan Carlos exponía su «meditada decisión» de trasladarse «en estos momentos» fuera de España y subrayaba que «siempre» ha querido «lo mejor para España y para la Corona».

Regularizaciones fiscales

Un año después, sigue en Abu Dabi sin haber podido regresar, aunque sea por unos días y de forma temporal, ya que «antes se deben cerrar las dos regularizaciones fiscales que presentó y tiene pendientes», según publicó ABC el pasado domingo citando a fuentes de su entorno. Para regularizar su situación, tal y como informó este periódico, Don Juan Carlos ya realizó dos pagos −uno de 678.393 euros y otro de 4,39 millones− en concepto de recargo, que la Agencia Tributaria y la Fiscalía del Supremo deben aprobar. Hasta entonces, al seguir involucrado en esas regularizaciones fiscales, se le ha aconsejado continuar en en Abu Dabi.

En Emiratos Árabes Unidos el padre del Rey disfruta de la hospitalidad del príncipe heredero de Abu Dabi, Mohamed bin Zayed . Don Juan Carlos permanece allí en calidad de huésped. Cuando acepto su invitación, el príncipe heredero reformó y acondicionó una de sus residencias para que Juan Carlos I se sintiera como en casa, y para que recibiera visitas, como las de sus hijas, las Infantas Cristina y Elena, sobre todo la segunda, que ha viajado a Abu Dabi con bastante regularidad. La casa se encuentra en Al Bateen, una lujosa zona repleta de hoteles de gran altura con vistas al golfo, y donde también vive el príncipe heredero.

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