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Don Juan de Borbón: hijo de Rey, padre de Rey, nunca Rey

Jefe de la Casa Real en el exilio entre 1941 y 1977

El éxito de Don Juan fue mantener la continuidad monárquica por encima de su persona ABC
Juan Fernández-Miranda

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En su primera juventud, Don Juan de Borbón y Battenberg jamás pensó en ser el Heredero de la Corona de España. Como quinto hijo de Alfonso XIII, tercero varón, supo pronto que su futuro no estaría en el Trono, y tal vez por eso eligió entregar su vida al Mar. Sin embargo, el futuro está por escribir y a Don Juan le llevó inesperadamente a asumir los derechos dinásticos de una Monarquía en el exilio. Cuando el 14 de abril de 1931 su padre tomó la decisión de abandonar España Don Juan tenía 17 años y se preparaba para marino en la Escuela de San Fernando. Diez años después, y contra todo pronóstico, se convertía en el jefe de la Casa Real española en el exilio, responsabilidad que ejerció durante 36 años .

Mayo de 1977. En una sencilla y breve ceremonia celebrada en el ámbito familiar del Palacio de la Zarzuela, Don Juan renunció formalmente a sus derechos dinásticos y cedió a su hijo la jefatura de la Familia y Casa Real de España. ABC recogió en su portada ese momento histórico.

Durante la Guerra Civil trató sin éxito de enrolarse por dos veces en el bando nacional en la confianza de que la victoria franquista propiciaría la Restauración monárquica. Sin embargo, finalizada la conflagración, Franco fue lentamente apuntalando su poder absoluto. La distancia entre ambos fue poco a poco creciendo –en privado y en público– hasta que a mediados de los años cuarenta Don Juan rechazó públicamente el régimen franquista: los manifiestos de Lausana, en 1945, y de Estoril , en 1946, explicitaron su discrepancia radical en la manera de entender España, el mundo y la política: si en la Segunda Guerra Mundial Franco se alineó con las potencias del Eje, Don Juan lo hizo con los aliados; si Franco solo admitía una monarquía falangista, Don Juan la defendía parlamentaria; si la España de Franco era católica, la de Don Juan contemplaba la libertad religiosa. Así, punto por punto, hasta la discrepancia total.

Instalada su residencia en Estoril, el hijo de Alfonso XIII trató de conformar una mayoría antifranquista para derrocar a Franco: izquierdas y derechas, monárquicos y republicanos, conservadores y socialistas. Sin embargo, y aunque izquierdas y derechas llegaron a firmar en San Juan de Luz un pacto para derrocar a Franco , la estrategia fue un fracaso principalmente por dos motivos: porque el inicio de la Guerra Fría convirtió España en un lugar demasiado sensible como para arriesgarse a que cayera en manos comunistas; y segundo porque el propio Don Juan siempre descartó tomar decisiones que pudieran derivar en una nueva guerra civil.

En agosto de 1948 se reunió con Franco en el Azor y ambos pactaron que el Príncipe Don Juan Carlos iniciara sus estudios en España. El Jefe de la Casa Real en el exilio abría otra puerta a la continuidad de la institución monárquica: 27 años después, tras la muerte de Franco en noviembre de 1975, su hijo fue proclamado Monarca. El éxito de Don Juan fue mantener la continuidad monárquica por encima de su persona: nunca reinó a pesar de ser hijo y padre de Rey.

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