SANIDAD
Caos en Urgencias, 'corto y cambio'
El Hospital Insular de Gran Canaria ha tenido que incorporar walkie-talkies como sistema improvisado para responder a la saturación del servicio
La inhumana realidad de las Urgencias canarias: Diez días en un pasillo a la espera de una cama
Laura Bautista
Las Palmas de Gran Canaria
Cuando en un hospital los pacientes se amontonan en pasillos, zonas de tránsito, áreas de ascensores y espacios improvisados, el sistema asistencial se queda corto. «Puede parecer surrealista, pero esta es nuestra realidad...», señalan los trabajadores sanitarios que dan voz a la plataforma ... Pasillo Cero, que han tenido que recurrir a walkies ante la falta de línea telefónica.
«Varias son las veces, en las que hemos resaltado que los pasillos están desprovistos de varios de los recursos necesarios para poder desempeñar nuestro trabajo con mínimas garantías», explican, «no nos queda más remedio que estar día a día improvisando y buscando «soluciones» para parchear un problema que no debería existir»: walkie talkies.
La línea telefónica está pensada para las habitaciones, las zonas hospitalarias oficiales, no para asistir desde pasillos donde se agolpan más de 300 personas esperando un ingreso o ser derivados.
«A golpe de 'cambio y corto' nos sentimos un poco más seguros ante la desbordante situación, que día a día, turno tras turno nos toca afrontar», aseguran, «desde el campo de batalla tirando de ingenio seguimos al pie del cañón». Esta plataforma de profesionales, que visibiliza y denuncia la situación de las urgencias de las islas, ha explicado a ABC que los walkies son necesarios para la «sobreocupación que llega hasta donde llega la vista» del Hospital Insular de Gran Canaria. Los pacientes están ya fuera del servicio físicamente, y estas áreas no están habilitadas para atenderles, y por lo tanto no hay ordenadores ni teléfonos.
Hasta el momento han incorporado cinco walkies, un «parche» ante la situación actual de caos. «Hasta pocas desgracias pasan», se lamentan, «somos personas y con turnos de 24 horas sin dormir y atendiendo hasta 10 pacientes la hora». El sistema está al límite, «no sé que más haría falta para el colapso total».
«Hemos tenido más de tres horas con 7 ambulancias inutilizadas por falta de camillas», y el caos que implica «tener 150 ingresos pendientes de planta y más de 300 entrando por la puerta». La gente, explica, «no es consciente de la magnitud de tener 7 ambulancias menos en la zona sur para ir a buscarte si te pasa algo». Pasa lo mismo en otros hospitales, apunta, «cuando colapse todo ¿qué vamos a hacer?». Los trabajadores «estamos mal, esto nos afecta a nivel físico por volumen de trabajo constante pero también anímico, es una improvisación todo el rato y un trato indigno al paciente».
Al paciente «no le podemos garantizar sus derechos, no tienen ni la intimidad ni la seguridad ni la calidad de cuidado que necesitan» y eso para los trabajadores «supone estar en ansiedad constante».
Las Urgencias del Hospital Insular «parece un hospital de guerra», porque «en Ucrania se improvisa porque está en guerra, pero aquí también improvisamos y no estamos en un conflicto». Si en marzo «estamos así, ¿qué nos espera el mes que viene?».
Las nuevas medidas ayudan, pero son «un parche»
Ante esta situación, la gerencia del complejo hospitalario ha incorporado más personal y ha creado la figura del enfermero coordinador, con el objetivo de reforzar el sistema de organización de los pasillos en urgencias. «Toda medida ayuda, y alivia el trabajo, se agradece», confiesan «pero no dejan de ser parches». Las urgencias »son suficientes, el problema es que estamos atendiendo pacientes que no corresponden a urgencias» que deberían estar en plantas de ingresos o en centros sociosanitarios y no vivir en los hospitales.
Las medidas «son un parche, sirven y nos descargan pero no tenemos que atender esos pacientes». Estos cambios «son para que nos callarnos la boca, y aunque se agradecen no van a la raíz del problema». Estos pacientes »no deberían estar aquí», y la única solución real debe ser «multifactorial», ya que quizás no sea incrementar personal sino crear plantas de ingresos, centros sociosanitarios o reforzar primaria donde está la solución. «No hemos aprendido nada de la pandemia, nos falta mucha educación en salud», lamentan.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete