Una banda descabezada
Será difícil encontrar un interlocutor válido en una ETA que desde 2008 ha perdido a su jefe en seis ocasiones
Acorralada y descabezada ETA lanza ahora el farol de ofrecer una nueva tregua farsa. Pero ¿quién lo ha decidido? y, lo más importante, ¿con quién se puede negociar en la banda? Son preguntas de difícil respuesta, incluso en el entorno terrorista. Ni ellos mismos tienen ... muy claro quién manda pues la presión policial ha encarcelado en dos años hasta en seis ocasiones a su número uno.
Desde mayo de 2008 llegar a lo más alto de la cúpula etarra se ha convertido en sinónimo de ser capturado. «Thierry» fue el primero en caer y tras él fueron entrando en prisión «Txeroki» (noviembre de 2008), Iriondo (diciembre de 2008), Martitegi (abril de 2009), Gogeaskoetxea (febrero de 2010) y «Ata» (mayo de 2010).
Gesto hacia Brian Currin
Con semejante historial de éxitos policiales, que han atenazado a los terroristas hasta el punto de que llevan 13 meses sin encontrar la manera de asesinar, no es de extrañar que los terroristas busquen ahora un respiro y se saquen de la manga la trampa de un alto el fuego que les permita reorganizarse. La situación de su Comité Ejecutivo se presenta como patética. Tan lamentable y triste como el tostón inconcreto y repleto de tópicos independentistas de casi siete minutos ofrecido en el vídeo que enviaron hace unos días a la BBC con el acuerdo de que lo hiciera público ayer y en el que notificaban la «decisión de no llevar a cabo acciones armadas ofensivas». La elección de la BBC, más que responder al deseo de internacionalizar el anuncio, ha sido interpretada por los especialistas como un«gesto» a Brian Currin, el mediador, ideólogo del proceso negociador y asesor proetarra.
Expuso el comunicado en vascuence, encapuchada de blanco tal cual un miembro del «ku klux klan», una mujer que por lo demás vestía totalmente de negro, incluida una boina excesivamente encasquetada. Fuentes de Interior confirmaron que esta «presentadora» era la misma que puso voz hace un año y siete meses a un llamamiento a la unión de los abertzales con motivo del 50 aniversario de la banda. Lo que no existe es un acuerdo sobre la personalidad que ocultaba esa capucha. Para algunos podría ser la dirigente etarra Iratxe Sorzabal, posibilidad descartada por otras fuentes.
La puesta en escena del comunicado ofrecía en cámara fija la vista de una mesa cubierta por un mantel blanco. Tras ella, la narradora aparecía flanqueada por otros dos encapuchados también sentados —al menos uno podría ser otra mujer—, que no pronunciaron ni una palabra y que iban ataviados exactamente igual, incluida la boina bien calada. A su derecha, la ikurriña; y a su izquierda las enseñas de Navarra y de Batasuna. Sobre ellos un cartel con el logotipo de ETA. El único gesto que se permitieron fue levantar el puño izquierdo para acompañar las consignas finales a favor de la independencia y del socialismo que lanzaba la portavoz.
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