Txapote y Amaia, condenados a 110 años de cárcel por un crimen de ETA que seguía sin resolver

La Audiencia Nacional les sentencia como autores del asesinato de Manuel Zamarreño en 1998

Les impone millón y medio de euros de euros de indemnización en suma para la viuda y los hijos del concejal del PP en Rentería

Txapote, durante el juicio ABC

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha dictado una sentencia que esclarece uno de los más de 300 crímenes de la banda terrorista ETA que siguen sin resolver. El juicio se celebró el pasado mes de enero ... y este viernes, el tribunal notificó su conclusión unívoca de que Javier García Gaztelu, alias 'Txapote', y su entonces novia Irantzu Gallastegui, 'Amaia', en junio de 1998 y en Guipúzcoa, se hicieron con una motocicleta, una bolsa de tela, dos kilos de amosal y un mando a distancia. Apretaron el botón al paso del concejal del PP en el Ayuntamiento de Rentería (Guipúzcoa) Manuel Zamarreño, que acababa de comprar el pan. Le mataron en el acto y dejaron gravemente herido al ertzaina que le daba escolta. Tenía mujer y dos niños.

La sentencia razona que no hay prueba directa de la participación de ambos pero sí indicios suficientes como para concluir, sin que quepa otra hipótesis posible, que fueron ellos. Ya no sólo porque Amaia adquirió la moto y fue identificada y reconocida, o por los restos del detonador y los vestigios encontrados en el piso que frecuentaban en la época, sino porque eran los únicos miembros del comando Donosti, junto al fallecido Luis Gueresta, que en esas fechas todavía no habían sido detenidos, tras varias operaciones que les dejaron sin apoyo alrededor.

Ese comando tenía orden directa de 'cazar' a políticos del Partido Popular, y de hecho, perpetró el último de los asesinatos enmarcados en una campaña de terror que había arrancado en diciembre del año previo. La primera víctima fue la edil Elena Azpiroz. La última, Zamarreño. «Todo ello nos lleva a la convicción fundada de la autoría de los acusados», dice el tribunal.

Según los datos que maneja la abogada de la Asociación Víctimas del Terrorismo Carmen Ladrón de Guevara, de los más de 300 crímenes sin resolver que la organización tenía en el radar hace poco más de una década, un total de 25 han llegado a juicio y 18 han quedado esclarecidos terminando en condena, como los 110 años de cárcel que impone ahora la Sección Segunda a Txapote y Amaia por el asesinato terrorista consumado y los dos en grado de tentativa del escolta y la mujer que resultó herida. Ella, que recibió más de 430 días de terapia tras el ataque, a día de hoy padece estrés postraumático. A veces, tiene episodios.

Les condena además por lesiones, estragos y tenencia, fabricación, transporte y colocación de explosivos y fija indemnizaciones: medio millón a la viuda y otro medio millón a cada uno de los hijos del concejal, más 600.000 euros al escolta, que en la sala desgranó sus múltiples secuelas. Allí sentados, ninguno de los dos se inmutó. En el juicio ni hablaron ni se defendieron. Ya tienen acumuladas penas por el tope máximo en prisión.

«No se arrepienten de nada», dijo aquel día la hija de Zamarreño.

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