La asesora de Moncloa fue «mano derecha» de Begoña Gómez en la consultora en la que trabajaban

De hecho, el 15 de noviembre de 2023, Cristina Álvarez estuvo en la tribuna de invitados del Congreso de los Diputados sentada junto a Begoña Gómez para presenciar la última investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. Ambas se conocen desde hace no menos de tres lustros, pues trabajaron en la consultora Inmark, en la que la mujer de Sánchez era la jefa de la actual director de Programas de la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno. «Cristina Álvarez era la mano derecha de Begoña Gómez», relata a ABC un exdirectivo del grupo Inmark.

Fuentes oficiales de la consultora confirman a este diario que Álvarez trabajaba en el equipo de Begoña Gómez, pero que dejó la consultora «hace muchos años». Allí coincidió con Begoña Gómez, que comenzó a trabajar en Inmark en 1999, su primera actividad laboral al margen de las empresas familiares. Unos años después se convirtió en directora del área denominada Task Force, que se dedicaba a captar fondos para ONG. Según su perfil de Linkedin, realizó «estrategias comerciales para banca, seguros, alimentación, bebidas, automóvil y ONG» y trabajó para organizaciones como Greenpeace, Oxfam y Amnistía Internacional.

Noticia Relacionada

El 'whatsapp' que confirma que la asesora de Moncloa trabajaba para los negocios de Begoña Gómez

Javier Chicote

Begoña Gómez dejó Inmark cuando su marido se convirtió en presidente del Gobierno. Además, el propio Pedro Sánchez trabajó brevemente para este consultora. Se había quedado sin trabajo a finales de 2011 al no renovar el acta de diputado en las elecciones que adelantó José Luis Rodríguez Zapatero, abrumado por la crisis económica, y en las que Mariano Rajoy obtuvo mayoría absoluta. El PSOE obtuvo diez escaños por Madrid y Sánchez era el undécimo de la lista. Inmark logró un contrato de la Comisión Europea y necesitaban a alguien que hablara francés. Gómez propuso a su esposo, que firmó a principios de 2012. Apenas estuvo un año en la empresa, porque la también socialista Cristina Narbona dejó su acta y Sánchez volvió a convertirse en diputado.

Desde el verano de 2018, de una forma u otra, los tres están en Moncloa. Como evidencian los correos electrónicos aportados a la causa que instruye el juez Juan Carlos Peinado y el mensaje de WhatsApp y los testimonios desvelados por ABC, Cristina Álvarez ha dedicado los últimos años a ser la «asistente personal» de Begoña Gómez, su secretaria, dicen fuentes de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), implicándose directamente en sus actividades privadas.

Pese a trabajar en Presidencia del Gobierno y percibir un salario público, ha solicitado dinero a un patrocinador de la cátedra que dirigía Begoña Gómez, ha organizado actos públicos relacionados con estas actividades y ha gestionado el registro del polémico software que no aparece y por el que la esposa del presidente también ha sido imputada, entre otras actividades.

El mensaje publicado ayer en estas páginas se lo envió Cristina Álvarez a Juan Carlos Doadrio, quien era vicerrector de Relaciones Institucionales de la Complutense cuando la cátedra extraordinaria de Transformación Social Competitiva (TSC) se puso en marcha, en octubre de 2020. La universidad decidió no renovarla el mes pasado, cuando se cumplió el primer plazo de cuatro años. «Hola Juan Carlos para el tema de la propiedad intelectual de la plataforma de medición que se va a hacer con otro UCM y que te comenté incorporarte junto a Ruano y bg. Necesito estos datos tuyos [sic]», escribió Cristina Álvarez a Doadrio el 3 de octubre de 2022, refiriéndose a Begoña Gómez como «bg».

Según el organigrama de La Moncloa, Cristina Álvarez depende directamente de la secretaria general de la Presidencia, Judit Alexandra González. Por encima sólo están el director del Gabinete de la Presidencia, Diego Rubio -que sustituyó en septiembre al nuevo ministro Óscar López- y el propio presidente.