La letalidad del Covid se ha reducido en Aragón un 76% con la vacunación

Esta región ha sufrido dos olas de Covid con seis meses de diferencia. Ahora deja atrás la sexta, que arrancó a finales de junio . En navidades comenzó la quinta , que tocó suelo a primeros de marzo. En volumen de contagios y tiempo transcurrido, ambas son comparables, presentan datos tremendamente similares. Y al confrontar ambas olas se evidencia cómo se ha desplomado la letalidad del Covid.

Entre una y otra ola se ha producido la vacunación, que ha alcanzado a una gran parte de la población y que, en los primeros meses, protegió a los colectivos más vulnerables, con más riesgo frente al Covid –ancianos y enfermos crónicos con patologías que multiplicaban el peligro en caso de contraer el coronavirus–.

La diferencia entre la letalidad de esta sexta ola y la que se produjo en la quinta es enorme: una reducción del 76%. En la onda pandémica que comenzó en Aragón las pasadas navidades, murieron el 2,42% de los contagiados que fueron diagnosticados. En la última ola, la que arrancó a finales de junio, la letalidad ha sido del 0,58%. Es decir, en esta última oleada las probabilidades de morir en Aragón por contagiarse de Covid han sido cuatro veces menores que en la anterior ola, cuando la vacunación aún era muy limitada y la inmensa mayoría de los que se contagiaron no habían recibido ninguna dosis o no habían completado la pauta de inmunización.

En la quinta ola se detectaron 30.106 contagios de Covid en Aragón entre el 21 de diciembre de 2020 y el 6 de marzo de este 2021, y se notificaron 729 muertes por coronavirus. En la última ola que ha azotado a esta región hasta el momento, la sexta, se han detectado 32.160 infectaos por Covid entre el 20 de junio y ayer, 6 de septiembre, y se han comunicado 188 defunciones.

Los datos muestran que, en cifras absolutas, la extensión de las vacunas no ha frenado sustancialmente la propagación del Covid. Ha influido el aumento de los contactos sociales, la relajación de las restricciones y un fuerte incremento de la transmisión en jóvenes, en un colectivo que aún no estaba cubierto por la vacunación y que ha sido un intenso vector de propagación en esta última oleada.

Pero, si bien las cifras absolutas de contagios han sido incluso superiores a las de la anterior oleada, los efectos graves o fatales del Covid han sido mucho menores. Eso se ha notado también en la presión hospitalaria, con índices de ocupación en planta y en UCI mucho más reducidos que los que se registraron en las anteriores oleadas de coronavirus.