Investigadores españoles crean una cámara para cazar la materia oscura del Universo

Ahora, un grupo de i nvestigadores de la Universidad de Zaragoza se disponen a intentar zanjar todas esas incógnitas con una nueva máquina desarrollada por el grupo de Física Nuclear y Astropartículas de la Facultad de Ciencias.

Han hecho falta seis años de trabajo y más de un millón de euros de inversión -financiados por el Consejo Europeo de Investigación- para culminar la creación de este nuevo equipo. Es una «cámara de proyección temporal» , desarrollada específicamente para buscar partículas de materia oscura en entornos subterráneos como el del Laboratorio de Canfranc (Huesca).

Se ha utilizado una tecnología de alta sensibilidad con el objetivo de «capturar» imágenes de partículas de materia oscura allí donde los científicos dan por hecho que es más fácil dar con ellas: en puntos protegidos por grandes masas rocosas, que hacen de «filtro» frente al resto de partículas de la materia conocida pero que son capaces de atravesar las de la materia oscura.

De ahí que se eligiera este punto del Pirineo para, hace décadas, poner en marcha un centro de investigación de astrofísica. Se localiza en galerías del viejo túnel ferroviario de Canfranc (Huesca), en las entrañas del Pirineo.

Estos enclaves ofrecen «ambientes de ruido radioactivo extremadamente bajos» y, por tanto, óptimos para detectar partículas de materia oscura, según han indicado desde la Universidad de Zaragoza.

El líder de este proyecto de investigación, Igor García Irastorz a, se muestra optimista con los resultados que pueda ofrecer este nuevo equipo de detección diseñado y construido en la Universidad de Zaragoza.

Hasta la fecha, ninguno de los múltiples experimentos realizados en laboratorios de todo el mundo han permitido «capturar» la materia oscura. Tmpoco el gran acelerador de partículas del CERN, el colisionador de hadrones de Ginebra (Suiza).

Tras haberse completado la fabricación de esta nueva «cámara de proyección temporal», será instalada en las próximas semanas en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc. Los investigadores confían en que puedan disponer de los primeros resultados a finales del nuevo aoñ.