Los agentes localizaron el lugar y dieron con un pequeño habitáculo en el que estaba encerrado el animal. Tras romper el candado, encontraron muerto al cachorro, de siete meses. Estaba famélico, con abundantes parásitos, signos evidentes de haber muerto de hambre y las uñas de sus patas desprendidas, como consecuencia de sus desesperados intentos por escapar del lugar en el que estaba encerrado.
La investigación condujo al responsable del perro. Se trata de un hombre de 56 años, al que se le imputa un delito de maltrato animal tipificado en el Código Penal. Tras prestar declaración en los juzgados de Jaca, ha quedado en libertad con cargos, mientras sigue adelante la instrucción judicial de esta causa.
El cadáver del perro fue enviado a un laboratorio especializado para determinar las circunstancias de la muerte. Según han indicado fuentes de la Guardia Civil, el animal pereció de inanición, tras permanecer al menos quince días totalmente privado de comida. Las mismas fuentes han informado que, según los expertos, el cachorro tuvo una muerte «lenta y agónica, con su masa muscular reducida a la mínima expresión».
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