Juan Carlos Valverde: «No pararemos hasta que se acabe esta injusticia»

«Hay días que me dan las doce de la noche hablando con una señora mayor para intentar tranquilizarla. Al principio lo haces por coraje, luego por identificación», advierte Valverde, que se gana la vida evaluando los accidentes de cierta importancia para una empresa de seguros. Su diagnóstico de lo que sucede con el impuesto de sucesiones no puede ser más pesimista: «Es siniestro total, con la diferencia de que en lugar de indemnizarte la compañía, el afectado es el que paga ».

Pero él no se arredra ante la adversidad . «No vamos a parar ni nos vamos a disolver hasta que esto se solucione, salvo que alguien coja esta bandera», afirma. Tentaciones ha habido, pero «no nos vamos a dejar manipular por los políticos», asegura categórico el presidente de Stop Impuesto Sucesiones , que no comulga con las ruedas de molino que han querido lanzar desde el Gobierno andaluz para justificar las bondades del tributo. «Lo que están haciendo no tiene perdón de Dios, que conviertan el dolor de las personas en un pimpampum político y que encima hablen de los ricos para disimular todo esto... demuestra que tienen una desconexión absoluta con la realidad », expone.

Hijo de un marino y una «maestra de escuela» , Valverde rememora cómo comenzó esta guerra: «Nos dimos cuenta de que en los foros de Internet había muchas consultas de andaluces. Nos reunimos en Sevilla cinco personas y constituimos la asociación». En apenas dos meses han reunido más de 54.000 firmas para acabar contra «la discriminación de los andaluces» , obligados a pagar hasta 1.200 veces más por la misma herencia que los canarios. Echando la vista atrás, confiesa que la entrevista del médico gaditano Francisco Toledo, que inició una cruzada judicial contra el tributo, publicada en ABC, «fue uno de los detonantes» .

Plantada la simiente, no tardaron en recolectar los primeros frutos: «Pactamos con despachos de abogados un protocolo de actuación para que todas las consultas de los afectados fueran gratuitas. Ellos han jugado un papel importante, convenciendo a las personas para que dieran la cara porque tenían miedo a las represalias si lo contaban. Tenemos hasta una psicóloga y abogada en la asociación. Nadie cobra nada por ello». En su lucha también ha sido clave el apoyo de los medios de comunicación : «Han hecho que se conozca algo que permanecía oculto».