Ciudadanos aprovecha la reforma laboral para marcar perfil propio en el Gobierno andaluz

« No es una reforma antagónica sino complementaria a la de 2012 [impulsada por Fátima Báñez], muy pragmática, porque se reforma lo que se ha podido pactar, que es mucho más descafeinado de lo que le hubiera gustado a los sindicatos, y más estricta de lo que hubieran preferido los empresarios», explicó la consejera, que es independiente aunque forme parte de la cuota de Cs.

Conscientes de que están en desacuerdo en este punto, ambos socios del Gobierno regional evitaron atacarse por ello y pusieron el foco en la rocambolesca votación del pasado jueves en el Congreso. El consejero de la Presidencia, Elías Bendodo (PP), dejó muy claro que sus divergencias sobre el nuevo marco legal de contratos en ningún caso van a abrir una brecha en el seno de la Junta. « Somos dos partidos distintos », pues «si pensáramos lo mismo estaríamos en el mismo partido», matizó Bendodo, quien insistió en el mensaje de estabilidad del bipartito andaluz que «tiene vocación de agotar la legislatura».

Lo cierto es que los populares andaluces tampoco se han mostrado muy críticos con una reforma que ha sido consensuada con los agentes sociales y que trata poner freno a la contratación temporal. Desde Monachil, donde visitaba la estación de esquí de Sierra Nevada, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (PP) cargó ayer las tintas en las formas más que en el fondo del texto legal. Que saliera adelante en el Congreso con un solo voto de diferencia significa que, «evidentemente, no había el gran consenso que nos vendió el Gobierno». «Me hubiera gustado que un tema tan sensible como es la creación de empleo y la estabilidad en el empleo estuviera precedido por un gran consenso entre PP y PSOE », agregó.

Pese a lo apurado de la victoria, el vicepresidente de la Junta de Andalucía y líder de Ciudadanos en la comunidad, Juan Marín, aprovechó la para arremeter contra el PP a nivel nacional por el voto pifiado del diputado y el «circo» que se vivió después de la convalidación de la reforma laboral . «Lo que no puede hacer ahora el Partido Popular es decir que ellos no la han votado. Mire usted: sí la han votado. Si ustedes se hubieran tomado en serio esto, y no se lo hubieran tomado como una guerra de trincheras nuevamente, pues probablemente no hubiera habido ningún posible error», ironizó Marín.

El primero en celebrar la aprobación fue el secretario general del PSOE-A, Juan Espadas. El líder de su partido en Sevilla, Javier Fernández, se vino arriba y anunció una campaña para explicar a los ciudadanos la reforma laboral que «les va a cambiar la vida». Aunque menos de lo que los socios independentistas catalanes de Pedro Sánchez hubieran deseado.