Montero llega con las manos quemadas al comité federal del PSOE en Sevilla
Su respaldo inquebrantable a Santos Cerdán coincide con su peor momento desde que desembarcó como líder de un socialismo andaluz que no termina de encajar la operación de Moncloa

La vicepresidenta del Gobierno, ministra de Hacienda, vicesecretaria federal del PSOE, secretaria general del PSOE andaluz y candidata socialista a la Presidencia de la Junta de Andalucía, María Jesús Montero, será una de las protagonistas del comité federal del PSOE que se celebrará el próximo 5 de julio ... , precisamente en Sevilla, para intentar remendar la cúpula orgánica del partido tras el descosido generado por el escándalo que este jueves obligó a dimitir al secretario de Organización Santos Cerdán, implicado en el presunto cobro ilegal de comisiones desvelado en un informe de la UCO.
Para Montero, este potente foco sobre su gestión le llega en mal momento. La número dos de la galaxia sanchista ha reiterado en varias ocasiones que tenía total confianza en Santos Cerdán, hasta declarar que «ponía las manos en el fuego» por él. Lo hizo en noviembre de 2024 en el Senado, en los orígenes del caso Aldama, cuando el asunto no pasaba de la presunta implicación del exministro Ábalos y su fiel escudero Koldo en el turbio mercadeo de mascarillas de la pandemia. Pero lo reiteró recientemente, cuando en todos los mentideros políticos se conocía la existencia del informe de la UCO sobre escuchas y mensajes que vinculaban a Cerdán con la gestión de comisiones por concesiones de obras públicas. Montero ni siquiera tuvo la mínima cautela de retirar las manos del fuego a pesar del calor que desprendían las últimas informaciones sobre Cerdán, siendo el cargo inmediatamente superior a éste en el organigrama federal socialista.
Por eso, María Jesús Montero fue este viernes blanco fácil de las críticas del Gobierno andaluz. Juanma Moreno y hasta al menos cinco consejeros de su Gobierno pidieron a la ministra que diera la cara en tan señalado día y explicara por qué estaba tan dispuesta a poner sus manos en el fuego que ahora le quema por la gestión de Cerdán. «¿Trapicheaban a su alrededor y no sabía nada?», se preguntaba el presidente de la Junta, que pedía a la ministra «dar explicaciones lo antes posible», pese a «la poca credibilidad que ya tiene su propio partido». Mientras el consejero de Presidencia, Antonio Sanz instaba a Montero a «dimitir inmediatamente por el bien de la política y de la democracia», por haber «estado protegiendo a los corruptos dentro de su partido y de su Ministerio».
En el peor momento
Con las manos quemadas, recibirá Montero en Sevilla a un partido achicharrado , que registra su peor expectativa electoral según las encuestas. Montero no ha generado la ilusión con la que se justificó la operación que descabalgó a Juan Espadas del liderazgo del PSOE andaluz. Mas parece que la enviada de Moncloa haya traído consigo más problemas, por la toxicidad que desprende el entorno de la Presidencia, para empeorar la crisis profunda en la que cayó el partido tras perder el Gobierno andaluz en 2018. Desde entonces, la organización, bajo el mandato de Pedro Sánchez sólo ha hecho derrocar líderes andaluces; primero fue Susana Díaz, que el jueves pedía elecciones anticipadas, y después Espadas, que el mismo día reconoció públicamente por primera vez su arrepentimiento por haber abandonado la Alcaldía de Sevilla para dar el salto regional. Ahora Montero siente además la quemazón de las encuestas y la desconfianza de muchas familias socialistas andaluzas que ya dudaron de que la acumulación de cargos de Montero fuera un factor favorable en su misión y que ahora ven con más recelo la dependencia total al sanchismo en una situación tan complicada.

La crisis de Cerdán llega además en medio de una significativa baja exposición pública de Montero, que no ha convocado actos públicos desde que hace doce días difundió, como otros miembros del Ejecutivo de Sánchez, el bulo de que un excapitán de la UCO, ahora cargo de confianza del Gobierno de Ayuso, quería atentar contra el presidente. Desliz de incontinencia por el que todavía no ha pedido públicas disculpas.
Entre las crecientes sospechas sobre financiación irregular del partido, Pedro Sánchez trata de encapsular la crisis de las mordidas en el propio PSOE, como si no le salpicara su estrecha relación con Ábalos o Cerdán, compañeros de viaje en el Peugeot donde viajaron juntos en la campaña de las primarias que ganó Sánchez, y cuya limpieza cuestionan los audios de la trama investigados por la Guardia Civil. Por eso ha pedido la auditoría interna de la que poco se espera -nadie incluye en una contabilidad una mordida-. Será un cortafuegos de autor si el incendio salta a otra dimensión más allá del propio Cerdán. Todo con tal de que no afecte al Ejecutivo. Esto plantea dudas sobre si Sánchez cambiará al papel sobresaliente de Montero en la ejecutiva federal y hasta dónde llegará la escenificación de la regeneración orgánica del partido.
Compañeros, colaboradores y asesores
Tampoco el apoyo de Montero a algunos fieles colaboradores ayuda a mejorar su imagen en esta coyuntura política. Montero protegió a Vicente Fernández, exalto cargo de la Junta de Andalucía y empleado en la empresa Servinabal S. L. investigada en la trama, tras su salida de la presidencia de la SEPI. También ha 'puesto la mano en el fuego' por Carlos Moreno, su asesor en el Ministerio, aludido por Aldama como receptor de una gratificación por hacer gestiones para Koldo, extremo que ha negado el afectado reiteradamente.
Queda también por ver qué ocurrirá con Juanfran Serrano, el diputado jiennense que se proyectó como secretario regional antes del desembarco de Montero, que sonó como su número dos en Andalucía y que actualmente es el secretario adjunto de Organización en Ferraz. Su vinculación a Cerdán era total, hasta el punto de que participó en las negociaciones sobre la amnistía con Puigdemont para allanar el camino a la legislatura.
María Jesús Montero recibirá al partido en Sevilla dentro de tres semanas. Habrá que ver si con tal quemazón en las manos podrá aplaudir a Pedro Sánchez con tanta fuerza como la hecho hasta ahora.
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