Moncloa ya hace oposición a Moreno con los cribados y el bulo del borrado de historiales médicos

Las encuestas que se manejan tanto a nivel interno como público (la última, la del Centra) la colocan muy lejos de la presidencia y, pese a recrudecer los ataques y amplificar su voz desde su posición como vicepresidenta, se sitúa en números parlamentarios similares a los de su predecesor, Juan Espadas. La pinza que está desarrollando junto a Vox (Moreno lo definió como una UTE, una Unidad Temporal Electoral), sólo está beneficiando a la formación de Santiago Abascal, que con su crecimiento amenaza la mayoría absoluta del Partido Popular.

En la política actual poco margen se escapa para la improvisación, y menos en el actual PSOE de Pedro Sánchez. A primera hora y en la interpelación inicial del líder de la oposición en el Congreso de los Diputados, Alberto Núñez Feijóo, el presidente del Gobierno mostraba su intención. Feijóo le exigía responsabilidad ante los continuos casos de corrupción que le acosan, y Sánchez respondió con Andalucía, por no pedir precisamente responsabilidades a Juanma Moreno. «La asociación Amama dice que han desaparecido datos de sus historiales clínicos. Ustedes dicen que es mentira y, siete horas después, comentan que ha sido un error informático... mentiras, manipulación, mala gestión, recortes y desprotección».

El jefe del Gobierno utilizó un bulo, una 'fake news', reproducido por medios que él mismo saca de la denominada 'máquina del fango', para atacar a la Junta de Andalucía. Es «la mayor crisis de confianza en el Sistema Nacional de Salud», aseguró. En esa embestida sincronizada, cuatro ministros le secundaban a coro:

El de Transportes, Óscar Puente, que se prodiga con asiduidad en redes sociales. La de Sanidad, Mónica García, quien acusa a la Consejería de intentar «tapar desde el principio este desastre, diciendo que eran cuatro casos y que era un incidente aislado». La titular de Igualdad, Ana Redondo, asegurando tras el fallo de las pulseras antimaltratadores que el Ejecutivo «protege a las mujeres a diferencia del PP donde gobierna. Por ejemplo en Andalucía, donde su modelo de privatización de la sanidad pública pone en riesgo su salud, su bienestar, su vida».

Y, evidentemente, la ministra de Economía y candidata a las elecciones regionales, María Jesús Montero. La política sevillana, a la que volvieron a recordar que fue la diseñadora del «protocolo fallido» en el cribado del cáncer de mama, preguntó a Elías Bendodo (PP) por qué «desaparecieron las pruebas y las mamografías» de la aplicación ClicSalud+. «¿Por qué le dijeron a las mujeres que era un infundio cuando las propias mujeres habían entrado en la historia y habían visto que no estaba?».

Durante buena parte de su intervención en el Consejo de Gobierno, el nuevo consejero de Sanidad, Antonio Sanz, se dedicó a desmentir este «bulo. No mezclen, porque no tiene nada que ver. No confundamos una caída informática, como la que sufrió Amazon o sucedió con el portal de entradas del concierto de La Oreja de Van Gogh en Sevilla, con la acusación de que estábamos haciendo desaparecer las pruebas, las mamografías» o incluso «la radiografía del pie».

«¿Dónde está la desaparición?», pregunta el político popular. «Se nos imputan delitos y la respuesta ha de ser contundente. Lo de Pedro Sánchez esta mañana, sabiendo ya que el sistema estaba reestablecido, es indecente», y genera «una alarma social bestial y un daño al sistema, sólo por la obsesión de atacar a este Gobierno».

La información clínica en Diraya no se puede eliminar, salvo en procesos controlados de declaración histórica o por mandato legal. Y se respalda mediante copias de seguridad auditadas regularmente, como obliga la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos).

Ante la aplastante realidad, el PSOE andaluz siguió insistiendo en que se quiere «borrar y manipular historiales médicos, informes». Señalan una «manipulación intencionada» para intentar «quitar de en medio pruebas de negligencia criminal» en los cribados de cáncer. «Moreno aprendió esto en Génova, donde los problemas se destruyen a martillazos».

Ayuso, Mazón y ahora Juanma Moreno. La cercanía de los comicios y el estancamiento de María Jesús Montero obliga al Partido Socialista a dar un paso más en esta campaña electoral permanente en Moncloa. «Son capaces de utilizar un bulo, una mentira, una falsedad, para echar por tierra el sistema público de salud y arañar unos cuantos votos. ¿Hasta dónde van a llegar?», se preguntaba la portavoz del gobierno andaluz, Carolina España. «Son capaces de usar el cáncer y las mujeres, de mentir, por intereses meramente partidistas».

«Es una operación política de manipulación sincronizada contra la sanidad en Andalucía», se sumaba también el portavoz del PP, Toni Martín. Quieren convertir en «la mayor crisis sanitaria de la historia», una cuestión que atañe a 2.000 mujeres en un sistema sanitario que atiende a ocho millones de personas. Prueba de que se trata de una actuación hiperbólica es que el PSOE rechazó el pleno monográfico de Sanidad de ayer miércoles cuando conocieron que no comparecía el presidente sino el consejero, Antonio Sanz.

Van a intentar todo lo que puedan, sea real o no, para ir contra el presidente, asumen desde el ejecutivo regional. Esquivando que existen situaciones similares en Castilla-La Mancha (gobernada por el socialista Page) o Melilla, donde el Estado tiene competencia y suma dos años sin cribado de cáncer de mama, útero y colon por falta de recursos. Sin embargo, pese a los intentos de los grandes partidos por marcar la agenda, los socios del Gobierno, Bildu y Junts, desbarataron los planes de PSOE y PP, mandando a la sanidad y la corrupción a un segundo plano. Porque el volumen del ruido siempre puede subir un decibelio más.