El obispo de Málaga lo tiene claro: no quiere capirotes el Domingo de Resurrección y este es el motivo

Monseñor Catalá se dirigió a los cofrades del Resucitado de Málaga tras la suspensión de la salida procesional y dejó clara su postura. Desde hace años insiste en que el Domingo de Pascua debe celebrarse con signos visibles de alegría y resurrección. En este sentido, el prelado malagueño expresó que «os he invitado muchos años, a ver si algún día lo hacéis, a que la procesión de hoy, del Domingo de Pascua, sea con el rostro descubierto». Para el obispo de Málaga, el uso del capirote es un símbolo de penitencia y recogimiento, propios del tiempo de Cuaresma, que concluye el Jueves Santo por la tarde.

Catalá subrayó que la Pascua marca un tiempo nuevo en la liturgia católica. Se trata, por tanto, de un periodo de gozo marcado por la victoria de Cristo sobre la muerte. Por ello, el prelado consideró que el atuendo de los cofrades debe reflejar ese espíritu: «Somos hijos de Dios a imagen suya y llevar el capirote es signo penitencial, cuaresmal». En su opinión, el rostro debe mostrarse con «alegría» y «luminosidad, porque tenemos la luz del Resucitado». Con estas palabras, el obispo Catalá apeló a la coherencia entre el mensaje pascual y los elementos visuales de la procesión.

En Andalucía, la tradición del hábito nazareno durante la procesión del Resucitado varía según la localidad. En ciudades como Sevilla, Huelva, Córdoba o Granada, las hermandades mantienen el capirote incluso en el Domingo de Pascua. En estos casos existe un elemento en común: el uso del color blanco en las túnicas. Es el color del máximo júbilo y gozo para la liturgia católica, por lo que su utilización se reserva, fundamentalmente, para las festividades relacionadas con el cuerpo de Cristo, como la Navidad, la Pascua o el Corpus Christi.

No obstante, existen excepciones. Un ejemplo llamativo es el de la Archicofradía de la Resurrección de Cádiz. Esta corporación realiza su estación de penitencia sin hábito nazareno, optando por trajes oscuros. A pesar de ello, su intención original ha sido siempre emplear túnicas blancas con capirotes del mismo color y cíngulo de esparto. Esta diversidad en la forma de celebrar la Resurrección demuestra la pluralidad de criterios dentro del mundo cofrade andaluz. Sin embargo, la petición del obispo de Málaga representa una llamada a la reflexión sobre la forma en que se manifiesta visualmente la alegría pascual.