Málaga decreta dos días de luto oficial por la muerte de 'Fosforito', su último Hijo Adoptivo y leyenda del cante

El regidor popular ha confirmado que las banderas de los edificios municipales ondearán a media asta en señal de duelo por quien fuera, además de Llave de Oro del Cante, uno de los vecinos más ilustres de la capital. De la Torre ha querido subrayar el vínculo indisoluble entre el artista pontanés y Málaga habilitando el Salón de los Espejos para instalar la capilla ardiente.

Esta ubicación responde al expreso deseo de su familia, una petición que el Consistorio ha atendido de inmediato para que la ciudad pueda despedir al maestro con los máximos honores. Desde esta tarde de jueves 13 de noviembre, la Casona del Parque abrirá sus puertas para que autoridades, representantes del mundo de la cultura y todos los malagueños rindan su último tributo.

En concreto, según ha detallado el Ayuntamiento, el horario de apertura del Salón de los Espejos será de 17.00 a 22.00 horas, mientras que el viernes, día 14, permanecerá accesible de 09.00 a 15.00 horas. Asimismo, se ha dispuesto un libro de condolencias para quienes deseen dejar escrito su mensaje de despedida.

Aunque nacido en Puente Genil (Córdoba) en 1932, Antonio Fernández Díaz eligió Málaga como su refugio vital y artístico hace más de dos décadas. Su fallecimiento, provocado por una infección respiratoria que se complicó tras una reciente intervención cardíaca, deja huérfano al flamenco de su referente más enciclopédico y a la capital de la Costa del Sol sin uno de sus vecinos más queridos.

La declaración de estos dos días de luto supone el reconocimiento institucional a una figura que trascendió las fronteras de lo jondo para convertirse en un embajador cultural de Andalucía. Una pérdida que resulta especialmente dolorosa para la Corporación municipal, pues se produce apenas unos meses después de que la ciudad oficializara su amor incondicional por el cantaor con la máxima distinción.

Fue el pasado mes de febrero, coincidiendo con el Día de Andalucía, cuando el Ayuntamiento nombró a 'Fosforito' Hijo Adoptivo de la Ciudad y le hizo entrega de la Medalla de la Ciudad. Aquel acto, celebrado en el Teatro Cervantes, sirvió como un emotivo homenaje en vida donde el maestro recibió el calor de la tierra que lo acogió. «Málaga me lo ha dado todo, aquí he sido feliz y aquí quiero quedarme», confesó entonces el artista, sellando un pacto de lealtad que hoy la ciudad honra con esta despedida oficial.

Con este último adiós, Málaga cierra una página dorada de su historia cultural pero cumple la voluntad final del maestro: hacer perpetuo aquel «aquí quiero quedarme» que pronunció en vida. Antonio Fernández Díaz descansa ya para siempre en la tierra que lo adoptó, lo veneró y que ahora custodiará su legado como parte esencial de su propia identidad.