Cocaína con el sello del cártel de Sinaloa

Esta intervención, de la que ayer informó la Jefatura Superior de Policía de Madrid, se produjo a finales de abril y fue el fruto del trabajo conjunto de la Udyco Central, la Udyco Costa del Col, la Agencia Tributaria y la Policía Local de Rincón de la Victoria.

Las pesquisas se iniciaron el mes de diciembre del año 2014 tras tener conocimiento de que una organización internacional , integrada por individuos mexicanos, argentinos y norteamericanos , se dedicaba a importar cocaína oculta y camuflada en botes de zumo.

Tras realizar las primeras investigaciones se averiguó que los miembros de la trama residían en la provincia de Málaga , concretamente en dos viviendas de Rincón de la Victoria. Entre ellos se identificó al máximo responsable, un individuo reclamado internacionalmente por Perú por sus nexos con el tráfico de drogas hacia Estados Unidos .  

Poco después se descubrió que dos empresas estaban involucradas en el transporte de estupefaciente, una mexicana, que exportaba el producto, y otra española, con domicilio social en Córdoba, responsable de la importación.

Avanzadas las pesquisas, una inspección de la Agencia Tributaria permitió interceptar en la terminal de carga del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas un cargamento de zumo susceptible de estar relacionado con la investigación.

Según pudo saber ABC, los responsables del caso decidieron extraer la droga y permitir que la organización pensara que había llegado sin problemas al país. Los policías siguieron a las dos personas que debían transportarla en una furgoneta hasta la Costa del Sol, mientras se coordinaba el asalto de las dos viviendas.

Los planes se modificaron sobre la marcha cuando —inesperadamente— los «correos» cambiaron su ruta y se dirigieron a Sevilla . Los mandos policiales optaron por precipitar la operación y se actuó en tres puntos distintos de forma coordinada.

En uno de los inmuebles, señalaron las fuentes consultadas, se encontraba el cabecilla de la red, un individuo mexicano que, según declararía, era una «oficina» o «sucursal» del cártel de Sinaloa y que estaba coordinando la operación de narcotráfico.

El individuo se lesionó en un pie al caer por un terraplén tratando de huir cuando los agentes del GOES irrumpieron en el chalé.

La droga se encontraba en 17 cajas que contenían un total de 1.500 botes de zumo. Un total de 81 de ellos ocultaban en su interior 20 kilos de cocaína disuelta de una pureza superior al 90 por ciento. Las citadas fuentes señalaron que esta cantidad de droga se podía multiplicar por cinco después de ser «cortada» .

Los agentes esperaban encontrar el laboratorio donde procesar la sustancia, aunque finalmente no fue así.

Buena parte de los detenidos ya han ingresado en prisión, mientras se espera que el cabecilla pase a disposición de la Audiencia Nacional.