La Virgen del Rocío ilumina la labor de Proyecto Hombre

«Almonte siempre nos acoge de una manera especial», así lo asegura Víctor Rodríguez, director de Proyecto Hombre Huelva. La estrecha relación que mantienen con la asociación local APRET (asociación de Prevención y Estudio de las Adicciones) creada por madres almonteñas, hacen que cada visita al pueblo tome un cariz particular.

Una jornada de convivencia, no solo entre los mismos pacientes o con los trabajadores de Proyecto Hombre, sino con el pueblo, su gente y la Virgen. Y en este caso también con sus costumbres, pues con esta visita a Almonte, además de ir a ver a la Virgen del Rocío, o conocer el Museo de la Villa , también hicieron el recorrido que hará la Blanca Paloma en su salida, viviendo junto a los vecinos una hermandad «por y para la Virgen».

Así lo asegura Fernando Díaz , voluntario de Proyecto Hombre y almonteño. No se trata solo de la devoción a la Virgen, «es una convivencia de todo el pueblo unido» para Ella. «Fue una salida maravillosa, llena de respeto», porque aquí no se trata solo de creencias o fe, «se trata de estar unidos, y aquí no se deja a nadie atrás», reitera Díaz. Todo ello con la ayuda de su mujer, Juani Trujillo , también voluntaria de Proyecto Hombre y con la que organiza toda clase de actividades para los pacientes.

Díaz se muestra orgulloso de que «en más de 25 años» que tiene Proyecto Hombre Huelva, «es la primera vez que salimos todos juntos». Se refiere a las personas que conviven en los dos centros de acogida que la asociación tiene para los pacientes en tratamiento mixto con problemas de adicción que necesitan un ingreso para realizar un proceso de desintoxicación y deshabituación

«Solemos salir por el entorno de los pacientes». La mayoría de las personas del programa «vienen de zonas rurales, pueblos donde viven menos personas, en los que se conoce todo el mundo, y todos conocen los problemas de cada uno» apunta Víctor Rodríguez . De ahí la importancia de estas visitas que «quitan estigmas y ayudan a la inclusión social».

«La normalización es un objetivo básico, e ir a los pueblos donde los pacientes residen mejora la inserción », y en este caso la «alianza» y el trabajo conjunto con los almonteños va en esa importante línea.

Por eso la colaboración de todos es esencial. Y Fernando Díaz no se quiere olvidar del apoyo que han recibido en esta y en cada visita que realizan a Almonte o a El Rocío. Como Diego Torres , que fue santero de la Virgen del Rocío, quien les hizo de guía y al que agradece su «solidaridad e implicación». Agradecidos también a Manolo Galán, director del Museo de la Villa que «nos acompañó y nos explicó cada detalle» de la exposición. Al restaurante de Paco Gil Triana o Félix Ojeda del chiringuito Tucán de Matalascañas que nos «hicieron un pequeño catering, sin poner ningún problema y siempre están dispuestos». El supermercado Día de Matalascañas o Fresmiel que «también han colaborado en todas las ocasiones».