Lepe se rehace tras quedar con el agua al cuello

La Oficina de Atención al Afectado habilitada por el Ayuntamiento para atender las demandas de la población es un constante ir y venir de personas. Hasta ahora se han tramitado 1.800 solicitudes por daños , las viviendas afectadas por la riada se elevan ya a 700, y son alrededor de 1.500 los vehículos que llegaron a flotar durante la tormenta o han quedado casi para desguace tras quedar cubiertos por el agua.

Durante lo peor de la tromba llegaron a caer hasta 140 litros por metro cuadrado. Las consecuencias y desperfectos ocasionados tanto a particulares -viviendas, enseres, garajes, cultivos- como a la administración -mobiliario urbano, calles y colegios- ofrecen cifras mastodónticas. El Ayuntamiento habla de unos 15,5 millones de euros.

De lo revisado hasta el momento por los técnicos, se calcula un daño de 5,5 millones en infraestructuras , cifra que ya se le ha pasado al Gobierno, y se estima en alrededor de diez millones los desperfectos, según concreta el teniente de alcalde de Servicios Generales y Medio Ambiente, Bibiano Oria .

No es la primera vez que Lepe sufre unas inundaciones de tales proporciones. Hace 40 años de las últimas lluvias torrenciales, aunque solo los mayores guardan el recuerdo. Pero, afortunadamente, ni ahora ni hace cuatro década s ha habido que lamentar daños personales. «Con lo que hemos pasado parece casi milagroso… A mí no me queda ni un recuerdo y he perdido hasta las escrituras de mi casa », lamenta una vecina que trata de rescatar algunos muebles dañados por el agua.

Son muchas las casas que el temporal dejó inhabitables pero la ola de solidaridad que ha llegado desde fuera ha quedado superada en el pueblo . Por eso no ha sido necesario reubicar a los damnificados, acogidos de forma temporal en casas de familiares o amigos. Solo hay unas pocas excepciones que pueden contarse con una sola mano: algunas personas mayores a las que se está buscando vivienda hasta que sus casas queden listas para que puedan volver.

« Sé de una señora que tuvo que agarrase a una reja para no ser arrastrada y permaneció con el agua hasta el pecho hasta que bajó la cota y son muchas familias, muchas, las que lo han perdido absolutamente todo », comenta Oria, otra vecina de la localidad.

Una semana después, Lepe vuelve a emerger después de que desde el Ayuntamiento sacara «toda la artillería, toda la logística en un tiempo récord» para atender a las personas, como prioridad, y posteriormente, desbloquear las calles de coches y de todo tipo restos mobiliario y árboles que impedían el paso.

Tras la lluvia torrencial, no han faltado manos en ningún momento para ayudar. Se han ofrecido los mismos vecinos y empresarios del municipio, así como el Gobierno central, la Junta y la Diputación. «La coordinación ha sido espectacular», subrayan desde el Consistorio. En total, estos días se están movilizando unas 600 personas para reconducir la situación lo antes posible.

El Ayuntamiento de Lepe, el de Cartaya y la Junta de Andalucía han solicitado al Gobierno central la declaración de zona catastrófica. El Consistorio tiene además otras vías abiertas para que lleguen ayudas también desde la administración regional: «Queremos que lleguen todas las ayudas posibles a las familias», explican.

Para registrar los daños y facilitar los trámites a los damnificados, además de la Oficina de Atención al Afectado , el Consistorio ha abierto otra oficina técnica que se ha reforzado para pasar calle a calle detallando las pérdidas, en base al censo realizado por los Servicios Sociales y Generales , y realizar una «valoración minuciosa y desglosada», remarca.

Las zonas que fueron inundadas, como quedaron también los cruces y Huerta Vicario, asisten a la permanente entrada y salida de camiones que continúan retirando lodo y escombros. Desde el pasado lunes y a lo largo de toda la semana una treintena de camiones de gran tonelaje trasladan a diario los restos del temporal a la Planta de Villarrasa , miles de toneladas que se cuantificarán una vez finalicen las labores de limpieza. Calzadas y aceras parecen ir recuperando la normalidad por fin.