«Con un importante apoyo de parte de sistema judicial granadino, ha podido seguir cumpliendo con la amenaza que le hizo a Juana Rivas cuanto esta tomó la decisión irreversible de dejarle: 'Te quitaré a los niños y te haré la vida imposible», recuerda el gabinete jurídico que encabeza Carlos Aránguez.
Relaciona eso con el último paso judicial que dio Arcuri en España, la denuncia hacia Rivas por presunta sustracción de Daniel, su hijo menor, de once años. Fue cursada por la Audiencia Provincial de Granada el 24 de junio, un día antes de que Daniel regresara a Italia con su padre en cumplimiento de una resolución de la justicia italiana.
«Fue entregado forzosamente« a su padre, al que los abogados califican de »presunto maltratador« que tiene »bajo su control« al niño, »una de sus principales víctimas y testigos del caso«. Eso, a su juicio, constituye »una gravísima anomalía jurídica y social», sobre todo porque el Juzgado de Instrucción número 3 de Granada no se opuso al traslado y dejó que «volviera a convivir con su presunto maltratador y sin ser escuchado, como exige la normativa y una reciente sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos».
«Seguidismo a ciegas»
«La jurisdicción civil responsable del proceso en Granada, en un seguidismo a ciegas de la Corte Civil de Apelación de Cagliari, y siguiendo el mismo desatino de ésta, ha obviado algo fundamental en un Estado de Derecho: que la jurisdicción penal es siempre preferente a la civil», prosigue el equipo jurídico.
«Confiamos en que el proceso penal contra Arcuri corrija en Cagliari la no sólo inaceptable, sino también ilegal desconexión entre la jurisdicción civil y penal, con vulneración de principios básicos como el de prejudicialidad penal; vulneración que, de forma inasumible, ha sido continuada por el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Granada, profundizando en la terrible desprotección, daño y sufrimiento ocasionado a Juana Rivas y sus hijos, víctimas de violencia de género vicaria e institucional«, subraya.
En su escrito, los abogados no especifican si Juana Rivas acudirá al juicio que mañana, previsiblemente, comienza en Italia. Fuentes judiciales italianas dan por hecho que no acudirá. De ell, sus letrados sí dicen que no es «una madre manipuladora que pretende arrebatarle sus hijos a un buen padre», sino una víctima de la violencia de género y la violencia vicaria.
Francesco Arcuri sólo ha sido condenado en una ocasión por malos tratos, pero hacia quien era su mujer. Fue en 2009, en un acuerdo de conformidad por el que también ella aceptó ser culpable del mismo delito, en su caso hacia él. Desde entonces, las denuncias de Rivas han sido archivadas o no han desembocado en sentencia condenatoria. En una entrevista concedida el pasado julio a ABC, Arcuri dijo que este juicio que ahora afronta no le preocupa. «Al contrario, servirá para que se conozca la verdad», afirmó.
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