Menos alumnos para más profesores: los datos que desmontan el debate de las aulas saturadas en Andalucía
El 93 por ciento de las aulas de Infantil y Primaria tiene menos de 25 alumnos
Del Pozo asegura que la plantilla estructural de docentes públicos es la «más amplia» de la historia andaluza
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Casi el 93 por ciento de las aulas andaluzas públicas en las que se imparte enseñanza Infantil y Primaria tiene menos de 25 alumnos, el umbral que marca la ley. Mientras la escuela se vacía por la crisis demográfica, la plantilla de docentes no ha ... dejado de crecer. Los datos expuestos ayer en el Parlamento por la comparecencia de la consejera de Desarrollo Educativo y Formación Profesional de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, desmontan la campaña abanderada por la izquierda y algunos sindicatos docentes para que se reduzca la proporción de escolares en clase amparándose en que existen aulas saturadas en los centros de la comunidad.
Del total de unidades o aulas de Primaria y del segundo ciclo de Infantil (el primer ciclo, que comprende edades hasta los 3 años, no es obligatorio), 24.396 tienen menos de 25 alumnos, lo que supone un 92,8 por ciento. Es más, según las declaraciones oficiales casi el 50% de ese total cuenta entre sus pupitres con menos de 20 alumnos.
Las cifras son análogas en el siguiente tramo educativo, la ESO, en el que 10.724 aulas cumplen con el ratio máximo de 30 alumnos que fija el Real Decreto 132/2010, de 12 de febrero. Este montante se traduce en un 92 por ciento. Del total, casi un tercio de las unidades tienen menos de 25 alumnos, o lo que es lo mismo, 322 aulas más que hace un lustro.
Todos estos valores se contraponen diametralmente a los que fundamentan las críticas que el ejecutivo regional viene recibiendo en los últimos tiempos, procedentes tanto de partidos de la oposición como de sindicatos vinculados al sector docente.
Por ejemplo, Ustea recogía en un comunicado publicado hace algunos meses que «la supresión masiva de clases en la red de centros públicos», el «recorte de personal» y de los «recursos para la atención del alumnado» estaba derivando en la «generalización de ratios ilegales, tanto en Infantil y Primaria como en Secundaria».
La «continua sangría» de la Educación Pública resultaba «una amenaza mayor en el mundo rural», según la organización sindical, que establecía este informe en base a «datos que ha podido recabar Ustea por sus propios medios», pero no con carácter oficial.
Ese mismo leitmotiv de las «ratios ilegales» guió la reciente crítica con la que la socialista María Márquez afeó a mediados de enero la gestión de los populares en lo que a Educación respecta. «Pediremos por tierra, mar y aire que en las clases andaluzas haya menos niños y niñas para garantizar la calidad educativa», espetó la futura secretaria de Políticas de Bienestar y portavoz del PSOE-A.
Comparativas
Sin embargo, los datos pormenorizados de Patricia del Pozo dan un nuevo contexto a la proporción de los estudiantes en las clases. De sus palabras pudo desprenderse que las ratios medias se sitúan en 19,1, 20,2 y 26,8 en Infantil, Primaria y Secundaria, respectivamente.
Por tomar una referencia de otros puntos del mundo, la media andaluza se mueve en términos bastante correctos. Más allá de las tendencias poblacionales particulares, que lógicamente también matizan, los países de la OCDE tenían en 2021 -los informes posteriores no incluyen este dato, que aunque haya podido variar, no lo habrá hecho de manera significativa- una ratio media en Primaria de 23.
En Alemania por ejemplo se alcanza el 24 y en Japón, paradigma del buen rendimiento académico y buenos resultados en el Informe PISA, se escala hasta el 27.
Por su parte, la consejera no sólo aportó los datos del ejercicio más reciente, sino que además ofreció una comparativa tomando como punto de partida 2018, el año que se produjo el cambio de signo político en el Ejecutivo andaluz.
En ese lapso, las unidades de Primaria que aglutinaban a más de 25 alumnos han caído en un 54,4 por ciento, mientras que casi 3.000 aulas han logrado reducir sus listas a los 20 o menos.
Por su parte, el número de docentes ha crecido hasta convertirse en «la plantilla estructural más amplia de nuestra historia», con 7.000 profesores más que hace seis años.
El total de profesionales de los centros públicos se contabiliza actualmente en 107.667, una cifra que además ofrece otras interpretaciones en tanto que el grueso del alumnado se ha visto sensiblemente reducido por la progresiva bajada de la natalidad.
En paralelo a este incremento, del Pozo puso el acento en los «2.500 millones de euros» que ha recibido la educación andaluza desde 2018, que se traducen en un 40 por ciento más. A nivel individual, la inversión por alumno ha crecido, aseguran, «un 42%». Son dos factores que han contribuido a la bajada de esas mencionadas ratios.
Las aulas rurales, al margen
Es importante tener en cuenta que tras estos porcentajes de unidades no se recuentan las relativas a Centros Públicos Rurales, uno de los puntos que centran la tesis reivindicativa en contra de la Junta.
De contabilizarse los 27.900 alumnos de estas 2.612 aulas diseminadas por municipios o zonas de menor población, los datos serían muy favorables a la Consejería porque la ratio bajaría con aquellas aulas en las que los alumnos no llegan a la decena, una situación para nada excepcional en Andalucía.
Llevado al terreno de los citados tantos por ciento, el total de unidades escolares -incluidas las rurales- con un máximo de 25 alumnos sería de 93,3%. Las que brindan conocimientos a 20 alumnos o menos sería de 46,2%.
En ese sentido de volumen global, Patricia del Pozo explicó en la sesión plenaria que el actual curso académico se desarrolla en 55.202 unidades públicas ya no sólo con los tres rangos educativos mencionados, sino incluyendo también la Educación Especial, el Bachillerato y la Formación Profesional.
Se trata de 1.053 aulas más que en 2018, de las cuales 41 son las que se añaden desde el pasado 2023. Más espacio de trabajo para menos cantidad de alumnos, pues desde en el curso pasado se matricularon 19.000 menos que en el precedente.
Y si se busca de nuevo la comparativa con el momento en el que el PP entró en la Junta de Andalucía, la caída estudiantil es de 90.000 alumnos menos.
Sobre el próximo curso
La tendencia que se prevé para la temporada 2024-2025 es bastante similar en este aspecto, y arrojará nuevas cifras de escolares a la baja. De ahí se deduce que las plazas que que se pondrán a disposición de las familias andaluzas serán muy similares a las del curso vigente.
Tampoco hay novedades en el arranque del proceso de escolarización. La consejera lo situó en el 1 de marzo, tiempo en el que se sucederán las baremaciones, las matriculaciones y las adjudicaciones de las Comisiones Territoriales de Garantía. La configuración final se conocerá en septiembre.
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