Los nacimientos en Córdoba, momento de alegría en época de tristeza por el coronavirus

Belén Marcelo tuvo la oportunidad de vivirlo en primera persona. Estrenó el nuevo e histórico momento en el país. Elías nació el 15 de marzo, pero habían ingresado el 14 en el Hospital San Juan de Dios . Desde que llegaron ya nos confirmaron que «su hermano de siete años» no podía acudir «a verlo». A las horas se confirmó la declaración del estado de alarma y que «ni los abuelos ni nadie podría visitarnos y conocerlo», añade.

Una situación que «el pequeño ha llevado muy mal», reconoce, y también ellos porque «aunque siempre se agradece algo de tranquilidad, esto es pasarse; lo habitual es vivirlo con los familiares y amigos, y no hemos podido disfrutar esa parte». Habla de esa mezcla de sentimiento de su alegría y todo lo que pasa alrededor con el coronavirus. «Hablamos entre nosotros que los nacimientos ahora son un rayo de luz» entre tanto sufrimiento de otras personas. «Es el sentimiento de alegría entre tanto caos», añade.

Marcelo recuerda que las vivencias de sus dos partos, con siete años de diferencia, han sido «completamente diferentes» por las circunstancias. Con todo, recalca la excelente labor de los profesionales sanitarios. «La atención ha sido buenísima y estamos encantados», elogia, a pesar de la situación que vive estos días el personal de la sanidad en la lucha contra el coronavirus. «Nos han dado seguridad» y confianza en unos momentos en los que lo más normal podía ser que «sintiéramos miedo».

Los días posteriores también son diferentes. «Sólo podemos tirar de videollamadas» para que los demás familiares conozcan al pequeño Elías, de dos semanas de vida. Reconoce que es una situación que le ha hecho «llorar», aunque «ya lo llevo mejor». La impotencia de no poder compartir esta alegría. Al menos, «los abuelos pudieron vernos y verlo de lejos, ya que tuvieron la obligación de traernos» a su otro hijo tras finalizar la hospitalización «pero sin la oportunidad ni de abrazarnos ni darle un beso ni volvernos a ver hasta que esto acabe».

Del principio hasta la última hora. Lola Ciria y Luis Javier Trillo tuvieron este lunes el privilegio de disfrutar del nacimiento de su tercer descendiente, la primera niña de la familia tras dos hijos, Nicolás y Luis. Isabel nació también en el hospital San Juan de Dios de Córdoba poco después del mediodía y pesó algo más de tres kilos.

«Los 15 últimos días han sido horribles por la incertidumbre», reconoce Luis Javier. El padre explica que «ahora mismo no sé si reír, llorar o qué hacer por lo que hemos pasado» estas dos semanas de confinamiento. «Ha sido lo peor, por la preocupación habitual de los últimos días, a lo que hemos sumado el confinamiento y las incógnitas que todos hemos tenido ahora por cómo actuar y que pasará en nuestros trabajos».

Trillo recuerda que «ahora todo es más frío » en los hospitales. «Nos habríamos fundido en un abrazo con la ginecóloga, con la que tenemos amistad, pero no ha sido posible». Con todo, destaca que «el trato ha sido genial». De hecho, recuerda que todo lo que rodea a este tercer nacimiento en su familia, de parto natural, ha sido «completamente diferente a los dos otros». Especialmente «por esa ausencia de los abuelos, los familiares y los amigos», aunque revela que «gracias a las nuevas tecnologías todos ellos pueden conocerla de forma virtual por fotos, vídeo y videollamadas». Pero acaba con un mensaje positivo:«Que no tenemos contagios».

Los nacimientos mantienen su tendencia habitual. Un ejemplo son los 42 alumbramientos que se han producido en el Hospital San Juan de Dios . También los casi 45 que se han producido en la Clínica Quirón de Córdoba . En el centro hospitalario de la Cruz Roja hace un año que no se realizan partos . En la sanidad pública aducen que bastante acumulación de trabajo hay con el coronavirus como para tener acceso al dato de nuevas vidas.

El personal sanitario , mientras, detalla medidas similares en todos los centros desde que se destapó la crisis por el coronavirus. Intentan llevar un rígido protocolo para que madres, nacidos y acompañantes pasen el menor tiempo en los hospitales. Las altas en partos naturales se están facilitando, como norma general, a las 24 horas. En caso de cesárea se llega a las 48 horas desde el alumbramiento.

No se permiten visitas. Esto supone un alto coste emocional, especialmente, para los abuelos y hermanos, que no tienen la oportunidad de vivir in situ un momento único en la vida con sus seres más queridos. Tampoco podrán hacerlo a la salida del hospital por el confinamiento. Además, sólo se permite un acompañante, siempre el mismo, para la madre desde el ingreso hasta el alta. El objetivo es «minimizar los riesgos» de contagio por el coronavirus , concluye Trillo.